Viajes a Mascate: la capital del sultanato de Omán

En treinta años, Mascate ha conocido un desarrollo sin precedentes. Y es que la capital del Sultanato ha pasado de ser una pequeña localidad costera a ser una ciudad con modernas infraestructuras. Aunque modesta en número de habitantes (650.000), Mascate se extiende en una superficie importante. De oeste a este, sus barrios abarcan una treintena de kilómetros, las hileras de casas blancas se suceden a ambos lados de la vía rápida que atraviesa la capital. Los rascacielos están ausentes del paisaje; en cambio, abundan los jardines. Mascate cuenta también con tres campos de golf cuyos impecables greens desafían a las escasas lluvias.
El puerto comercial, el zoco y la lonja de pescado están en el barrio de Muttrah, al fondo de una bahía colindante con el viejo Mascate. Por estos barrios se puede pasear a pie, las distancias que hay que recorrer no son muy grandes. Hay que ir a Muttrah por la mañana temprano para observar a los pescadores cómo sacan el pescado de las redes. Luego se puede deambular a lo largo de la cornisa para admirar las galerías de madera cubiertas de la primera planta de las casas así como el minarete azul de la mezquita colindante a la entrada del zoco.
Situado en una callejuela cubierta pero ventilada, el zoco se parece a una miríada de pequeñas tiendas que ofrecen incienso, aguas florales, polvos de madera perfumada, joyas de plata, servicios de café tradicionales, khanjars (puñales de hoja curva) y telas variadas.
En el extremo de la cornisa se alza un monumental quemador de incienso que forma (junto con el boutre y la cafetera de boca larga) uno de los emblemas de Mascate. Domina toda la ensenada de Muttrah y ofrece unas agradables vistas de la ciudad y de las montañas.
Si se continúa a lo largo del mar se llega al viejo Mascate, cuyo puerto está custodiado por dos fuertes construidos por los portugueses en el siglo XVI. Detrás está el palacio del sultán de Qabous. Un poco más lejos se encuentran dos museos que merecen una visita para saber mucho más sobre la historia y las tradiciones del país: el museo Franco-Omaní y el museo Bait Al-Zubair.

Un circuito de 3 a 4 días por el interior de Mascate. Ciudades y pueblos oasis instalados en pendientes o al pie de montañas recortadas como murallas. Éstas alcanzan alturas elevadas que culminan a 3.075 m en la djebel Shams (la montaña del sol). Hay vistas panorámicas espectaculares en perspectiva, pero requieren su tiempo para conducir por carreteras de curvas.

Los fuertes de Nizwa, Jabrin, Nakhl y Rustaq. Cuatro de los diez están en los alrededores de Mascate (a 200 km). Construido en el siglo XVII, el fuerte de Nizwa se distingue por una gran torre que domina la ciudad y el palmeral. El fuerte de Jabrin, que también data del siglo XVII, destaca por su interior. Conjunto impresionante construido sobre un promontorio rocoso, el fuerte de Nakhl está considerado como uno de los más bonitos del país. Edificado sobre una antigua construcción persa, el fuerte de Rustaq tiene largas murallas que cuentan con 12 torres.

El visado para el Sultanato permite ir a Dubai sin pedir otro visado. Si se sale de Mascate, hay que contar un día para llegar la ciudad del emirato. Aprovecha para combinar un autotour por el Sultanato con una estancia balnearia, compras y atracciones en Dubai. Para descubrir dos caras distintas de la península arábiga.

El período de abril a octubre, y en particular julio-agosto. No sólo hace mucho calor (de 40 a 50 °C) sino que se nota la influencia del monzón: brumas, lluvias finas esporádicas y sobre todo, una fuerte humedad permanente. Ello hace que sólo se esté bien en el interior (muy climatizado) de los hoteles o en las piscinas (refrigeradas).

Una comida tradicional omaní. En una pequeña sala privada, sentados sobre esteras con las piernas cruzadas y con cojines en la espalda. En el menú, un plato, el arroz con pescado o carne inspirado en los currys indios pero sin especias picantes. Se come con la mano (derecha). Para concluir la comida, un café (con aroma de cardamomo) servido en mini tazas de porcelana (que apenas contienen un trago).

Incienso, aguas florales, polvos de madera perfumada, joyas de plata, servicios de café tradicionales, khanjars (puñales de hoja curva) y telas variadas. Se pueden descubrir en los pequeños comercios del zoco de Mascate. El zoco de Nizwa también merece una visita. Es preferible ir por la mañana, cuando hay más animación.