Hua Hin

Esta ciudad costera, la más antigua del país, se sitúa en el golfo de Tailandia a 200 kilómetros de Bangkok. Hua Hin, antigua aldea de pescadores, se convirtió en una ciudad turística de moda en los años '20 gracias a la construcción de una estación de tren, un campo de golf y sobre todo el palacio de verano del Emperador Rama VI. La aristocracia tailandesa no tardó en dirigirse a Hua Hin.

El hotel ferroviario de look colonial, construido en esta época, sigue existiendo. Se trata del Sofitel. En cuanto al palacio Klai Kangwon, que significa "lejos de las preocupaciones", sigue siendo utilizado por la familia del rey (y está abierto al público cuando no está ocupado). Hua Hin es sobre todo un destino turístico apreciado por los tailandeses por su cercanía a Bangkok. También gusta mucho a los turistas británicos. En comparación con otras playas de ensueño del país, Hua Hin tiene un inconveniente: hay demasiadas construcciones y hormigón a pie de playa, perdiendo así su aspecto paradisíaco y salvaje. En cambio, la playa es amplia y bonita.

Puedes practicar todos los deportes náuticos que desees. Y por la noche, dirígete al mercado nocturno, menos surtido que el de Bangkok pero también muy típico.

El palacio real, antigua residencia de verano del rey Rama VI se puede visitar. Diseñado por un arquitecto italiano, este palacio de dos plantas de teca normalmente denominado el palacio del amor y de la esperanza, necesita autorización previa para los grupos.
Los amantes de la naturaleza se dirigirán al parque nacional Kaeng Krachan, el más grande de Tailandia, situado a 60 kilómetros al noroeste de Hua Hin, que llega hasta la frontera birmana. Tiene montañas, cursos de agua, colinas arboladas y una cascada de 18 niveles. También es un lugar privilegiado para observar los pájaros.
En el parque nacional Sam Roi, el parque de los trescientos picos, a 63 kilómetros de Hua Hin, podemos observar numerosas aves migratorias así como especies indígenas. Vete al Ban Khao Daeng, un pueblecito y punto de partida de excursiones para observar los volátiles. También puedes descubrir tres cuevas, una de ellas acoge un pabellón edificado por el rey Rama V en 1890.

La estación de tren de Hua Hin vale la pena, es sin lugar a dudas una de las más originales de Tailandia.Para captar el ambiente de la ciudad, te recomendamos disfrutar del mercado nocturno y recorrer las callejuelas del centro con sus numerosos bares. En el mercado encontrarás recuerdos, ropa y todo tipo de manjares.
Si te apetece subirte a lo alto, dirígete al mirador, situado al norte de la ciudad. En la cumbre se encuentra un monasterio venerado. Tras haber subido los 395 escalones para llegar a la pagoda, se divisa el valle, la orilla, el mar y el interior del país.

Practicar golf puede ser una actividad saludable en Hua Hin. Numerosos campos pueblan los alrededores del centro, e incluso el primero de Tailandia, el Royal Hua Hin Golf construido en 1924. A media hora del centro de Hua Hin, contamos al menos 7 campos de golf.

Las mujeres no deben tocar a los monjes, ya que para ellos es una ofensa. Tampoco les gusta que les fotografíen mientras rezan. La vestimenta a la hora de entrar en un templo es importante: conviene descalzarse y llevar camiseta con manga como mínimo.

La cocina tailandesa es una auténtica delicia para los amantes de las especias. Combina a las mil maravillas sabores y aromas. Prueba las tradicionales sopas tom yam, una a base de leche de coco y la otra de pollo. Los amantes de la fruta fresca estarán encantados: la piña, una auténtica delicia que rivaliza con productos más "locales" como el rambután (fruta con pelo parecida a un lichi) o el mangoustan con sabor a manzana granny.

El alcohol de arroz puede ser un buen souvenir, pero lo más típico es el textil. Si te quedas varios días, te pueden hacer vestidos y trajes a medida a precios muy competitivos. Objetos decorativos de madera se encuentran también fácilmente en el mercado nocturno.