El relieve del noreste del país va subiendo hasta desembocar sobre una extensa meseta, el Isaan, región de arrozales con clima muy cambiante (los monzones puedes ser intensos un año y al siguiente prácticamente inexistentes). Los paisajes no son para nada espectaculares y cuentan con infraestructuras menos desarrolladas y variadas que en las zonas de turismo costero. La región, fronteriza con Laos y Camboya, ofrece, sin embargo, encantos únicos: grandes extensiones, una naturaleza generosa, decenas de parques nacionales y una población que cuenta con una riqueza cultural y étnica fruto de su ubicación (tres países fronterizos). No se puede dejar de mencionar el Mekong, gran río que serpentea lenta y majestuosamente por la frontera de Laos.