Destino reputado por su sublime y variada gastronomía, Taiwán ofrece a los viajeros una amplia gama de atractivos que sorprenden a todos quienes la visitan. Imponentes valles salpicados de una salvaje vegetación coronados por nevadas cumbres que culminan a miles de metros de altitud, manantiales de aguas termales en las zonas de Wulai y Beitou, paradisiacas playas como las de Kenting, al sur de la isla, e increíbles lagos de una belleza casi mística como el de Sol y la Luna, confieren a este territorio un encanto y belleza paisajística sin parangón. Debido a esto, no es de extrañar que los colonos llegados de Portugal la bautizaran con el nombre de Ilha Formosa
Su deliciosa cultura culinaria es ya un motivo de peso para viajar hasta aquí. Y no solamente por el gran número de restaurantes con estrella Michelin (es habitual encontrar al menos un establecimiento taiwanés entre los diez mejores del mundo seleccionados por esta guía), sino porque además de ser realmente asequible para todos los bolsillos, resulta realmente deliciosa. Del mismo modo, la isla también cuenta con una de las mejores panaderías del planeta. En Taiwán, el día comienza por un buen desayuno a base de leche de soja acompañado de un par de buñuelos con salsa de este mismo grano y huevos duros marinados en té verde por un precio que no supera los dos euros. Si no tienes prejuicios y adoras descubrir nuevos sabores, no dudes en probar muchas de las frutas y verduras autóctonas difíciles de encontrar en Europa, probar algunas de las exóticas especialidades propuestas en los puestos callejeros de los mercados nocturnos, e incluso platos como el famoso y a la vez "temido" tofu fermentado, el helado salado de huevo, la sopa de serpiente o los huevos centenarios.
La ineludible ceremonia del té, práctica ancestral de pautas sumamente codificada, es una experiencia que todo viajero que se precia ha de vivir. Pero el universo del té es infinito, y comprende algunas variedades realmente apreciadas por los amantes de esta bebida, cuyo precio puede resultar prohibitivo para muchos. Entre los más prestigiosos destaca el té verde Wu Long y el té negro del lago de Sol y Luna. Pero además, los taiwaneses preparan muchos otros productos a partir de esta materia prima, como los pasteles de té o los huevos cocidos en té. Para iniciarte y/o descubrir más sobre este ritual, te recomendamos visitar alguna de las plantaciones de té sobre las montañas que rodean la capital taiwanesa, Taipéi.
La capital del país presenta un interesante panorama urbano que mezcla modernidad y tradición, atesorando un buen puñado de atracciones y lugares de interés turístico a los que bien merece la pena dedicar como mínimo dos o tres días. La mayor urbe de Taiwán alberga uno de los rascacielos más altos del mundo, la torre Taipéi 101. La visita del Museo Nacional del Palacio se impone como una de las visitas más emblemáticas de la ciudad, la cual no puede faltar en la hoja de ruta del viajero. Este increíble lugar es considerado como uno de los museos más bellos del planeta, exponiendo entre sus muros cerca del 75% de la colección mundial de arte chino, de la que la mayoría de las piezas se corresponden con las colecciones de la China Imperial (696.422 obras expuestas). El memorial Tchang Kaï-Chek y el Templo Mengjia Longshan, son otros dos de los lugares más destacados de la ciudad que no puedes perderte.
El municipio especial de Tainan, la antigua capital de la isla, ofrece un ambiente muy diferente al de Taipéi, revelándose como una ciudad llena de encanto en la que impera un estilo de vida mucho menos ajetreado. Esta es la cuarta ciudad más importante de Taiwán, siendo la que mejor representa la esencia tradicional de la República de China, con sus 300 templos, numerosos festivales y una gran diversidad de estilos y corrientes arquitectónicas.
La isla de Taiwán ha sido bendecida por la Madre Naturaleza, con sus hermosos lagos y lagunas, como el célebre lago del Sol y la Luna, ubicado en el centro del país*, protegido por las montañas y rodeado de templos y pagados; las espectaculares gargantas de Taroko, las imponentes montañas de Jade, cuyas cumbres culminan casi a 4.000 metros de altitud; sin olvidarnos de las bellas playas tropicales de corte paradisiaco del parque nacional de Kenting, al sur del país. Entre las playas más interesantes de Taiwán, la de Baisha se lleva la palma, siendo considerada como uno de los arenales más hermosos del planeta por varias publicaciones especializadas. La oferta de sol y playa también encuentra en el archipiélago de Penghu (antaño conocido como archipiélago de los Pescadores), compuesto por un total de 64 islas e islotes dotadas de unas excelentes playas y calas situadas en las cercanías de pequeños y pintorescos pueblos de pescadores.
Y tras una larga e intensa jornada de turismo, ¿qué mejor que tomarse un respiro y relajarse en las en los mundialmente conocidos manantiales de agua caliente de Wulai y, especialmente, Beitou? De igual manera, te animamos a realizar alguna excursión para visitar los poblados aborígenes y empaparte de su cultura y tradiciones, asistir a un espectáculo de marionetas, así como a los festivales de las Linternas, de la Luna y de los Barcos Dragón.
Los artículos más representativos de la artesanía local son los objetos de mármol, bambú, barnizado, cobre o mimbre, el mobiliario incrustado de nácar, las alfombras y los bordados. Sin lugar a dudas, el mejor lugar para ir de compras son los mercados, y precisamente en Taiwán estos se cuentan por cientos, habiendo diferentes tipos: nocturnos, de jade e incluso especializados en artículos electrónicos. Para un occidental, el coste de la vida en la isla es realmente barato, siendo en ocasiones realmente sorprendente la diferencia con respecto a los precios europeos a la hora d hacerse con teléfonos móviles, tabletas, ordenadores y aparatos electrónicos en general. Las tiendas abren de lunes a sábado de 10:00 a 21:30, y muchas abren hasta más tarde e incluso los domingos.
Las fans de la célebre gatita Hello Kitty, uno de los personajes más adorados del país del Sol Naciente, está presente casi por todos lados en Taiwán. Y es que la cantidad de productos y artículos de este conocido personaje resulta realmente sorprendente, siendo además mucho más baratos que en España.
Como no podía ser de otro modo, el té taiwanés, considerado como uno de los mejores del planeta, es un excelente suvenir que llevarse a casa, como también sucede con los servicios y juegos de tazas y teteras tradicionales. Los amantes de la moda y la tecnología encontrarán en el moderno barrio de Ximending, en Taipéi, un auténtico templo del shopping. Este lugar podría definirse como una especie de Times Square a la taiwanesa, plagado de pantallas gigantes, cines y boutiques, en donde los jóvenes se dan cita para disfrutar de su tiempo libre bajo el mar de neones que colorea sus calles. En este concurrido barrio se encuentra la famosa The Red House: una imponente estructura octogonal de ladrillos construido por los japoneses en 1908 que fue el primer mercado público de Taiwán. Esta especie de "Covent Garden" taiwanés alberga algunas de las tiendas y boutiques más a la moda del momento. Por otro lado, los amantes de las grandes marcas y el lujo encontrarán su pequeño paraíso en el centro comercial ubicado a los pies de la famosa torre Taipei 101. No obstante, el centro comercial más grande de todo el país, el gigantesco Dream Mall se encuentra en Kaoshiung, la segunda urbe más importante de la isla.
Considerada como una de las mejores cocinas del mundo, a gastronomía taiwanesa es excepcional, presentándose como una refinada mezcla de las diversas escuelas de cocina tradicional de la China continental, así como de ciertas influencias japonesas. El fujian es uno de los platos típicos más significativos de la escuela del Este. Se trata de un plato hecho a base de tortillas rellenas de mariscos aderezados con salsa picante y un poco de azúcar. La escuela del Oeste se inspira en las costumbres de la provincia de Hunan, situada al sur de China. El pollo del mendigo, el jamón con miel o el palomo en rodajas, son platos que se sirven en el Golden China del Hilton. La base de la cocina de la escuela del Norte son el arroz y la pasta. El Celestial Kitchen es el gran especialista en este tipo de cocina. El estilo cantonés se puede encontrar en el pato asado y en las verduras salteadas con salsa de ostras. En cuanto a las bebidas, puedes catar vinos, cervezas de Taiwán y coñac. El té chino se bebe durante las comidas.
La celebérrima y ancestral ceremonia del té es una experiencia que recomendamos a todos los viajeros. Y es que son tantas las variedades, precios y propiedades de esta infusión, que podríamos decir que esta popular bebida forma casi un universo aparte. Entre las variedades más destacadas (y caras) se impone el prestigioso té verde Wu long y el té negro del lago de Sol y luna. No obstante, el té es también utilizado para la elaboración de diferentes platos que van desde los clásicos pastelitos de té a los huevos cocidos. Para acompañar esta deliciosa bebida, no hay nada mejor que saborear un par de las deliciosas galletas o pastelitos de piña. Cómo explicábamos en uno de los apartados anteriores, en Taiwán es posible disfrutar de un desayuno tradicional a base de leche de soja, buñuelos y huevos marinados en té verde por menos de dos euros. La isla está repleta de pequeños y medianos establecimientos que abren las 24 horas del día proponiendo este tipo de tarifas. Además, los taiwaneses adoran las frutas y verduras secas como las setas o el mango, el cual os recomendamos probar a modo de snack.
Los taiwaneses están muy arraigados a sus costumbres y suelen sentir un gran respeto por la dignidad y la edad de cada persona. Cabe destacar que estos sienten auténtica devoción por las tarjetas de visita, por lo que si te obsequian con una, acercándola con las dos manos juntas como si fuese una ofrenda, aunque no te interese, cógela y dales las gracias con una reverencia (bajando la cabeza). Además, son muy puntuales. Un retraso no justificado es un gran agravio en su cultura.
Si viajas a Taiwan, con muchísima frecuencia ceras a muchos habitantes practicando Tai Chi en los parques por la mañana. La agenda cultural de la isla está fuertemente marcada por los festivales, siendo el de la Luna, el de los Barcos Dragón y el de las Linternas algunos de los más conocidos. Del mismo modo, los espectáculos de ballet y ópera, así como los teatros de marionetas, cuentan con una reputación de fama internacional. Por último, las artes marciales, la caligrafía, las medicinas alternativas e incluso el té, son otras de las artes locales que el viajero podrá apreciar durante su estancia.
A la hora de desplazarte por la isla, la opción más rápida y práctica es optar por tomar las diferentes líneas de la red de Alta Velocidad de Taiwán, la HSR (High Speed Rail). De construcción japonesa, estos trenes llegan a superar la barrera de los 300 kilómetros por hora, estando dotados de espaciosos y modernos vagones dotados con todas las comodidades y aislados de las vibraciones y el ruido. Partiendo desde la capital, Taipéi, se puede llegar fácilmente a Taichung, la tercera ciudad más importante de la isla y punto de partida para quienes quieran visitar el célebre lago del Sol y la luna. El trayecto ronda los 50 minutos, lo cual es una gozada teniendo en cuenta lo que se tardaría en llegar por carretera. De igual manera, podrás llegar a Kaohsiung en apenas una hora y media de viaje. Esta es la segunda urbe más grande de Taiwán y la puerta de entrada a los espléndidos arenales del parque nacional de Kenting, en la zona sur del país.
Para llegar hasta Taipéi es necesario afrontar entre 15 y 17 horas de vuelo, realizando una escala como mínimo (habitualmente en Hong Kong). No obstante, el largo trayecto merece la pena. Para la comodidad de locales y turistas, a lo largo de todo el país existen varios puntos gratuitos de conexión a internet Wi-Fi. Estos suelen estar localizados en las estaciones de tren y autobús, aeropuertos, lugares públicos y en los principales sitios turísticos.
La isla de Taiwán está localizada en un área de fuerte actividad sísmica. Por ello, es imperativo que el viajero se informe y conozca el protocolo para saber actuar en caso de seísmo. La época en la que existe un mayor riesgo de tifones se desarrolla ente los meses de julio y octubre. Muchos taiwaneses hablan inglés, pero es recomendable llevar escrito el nombre de los destinos a los que te diriges en chino mandarín para evitar confusiones, especialmente con los taxistas.
Conducir por Taipéi no es tarea fácil. Los atascos y las hordas de motociclistas son un fenómeno más que frecuente en la capital taiwanesa. Lo mejor es evitar conducir y decantarse por tomar el metro. Si vas a viajar con niños y piensas visitar algunos de los centros de aguas termales del país, has de saber que en la mayoría de ellos se exige realizar el baño desnudo, por lo que realmente no es una buena idea. Si puedes permitirte una estancia en un lujoso hotel de Wulai o Beitou, has de saber que el acceso a las fuentes y manantiales de agua caliente te costará tan solo un euro por sesión.