Se suele definir como «la playa de los italianos» porque hay muchos complejos gestionados por italianos. De hecho, entendemos fácilmente por qué: estos largos kilómetros de arena blanca, que desembocan en los reflejos azules del océano, crean un paisaje digno de una postal. En efecto, no queda gran cosa de la vegetación tropical, sustituida por los makutis de los pueblos y los complejos hoteleros, pero afortunadamente las construcciones son bastante bajas, y poco agresivas para la naturaleza del entorno.
Varios establecimientos poseen un club de deportes acuáticos, como por ejemplo el Blue Bay Resort. Las actividades también están abiertas a la clientela exterior, previo pago, por supuesto.
Te aconsejamos que des un paseo por la playa, que es una de las más largas de la isla. Con la marea baja, se puede caminar hasta la barrera de coral. No pienses que hay mucha distancia, es un paseo corto.
No hay ningún monumento cerca de la playa.
Si vas a dar un paseo hasta la barrera de coral, no te olvides de ponerte las sandalias de plástico para protegerte de los erizos de mar que pululan con la marea baja.
Durante las vacaciones ya se sabe que tenemos tendencia a querer fotografiarlo todo para inmortalizar los recuerdos. Los colores de los kangas y la elegante ropa de las mujeres invitan a la fotografía, ya sea aficionada o profesional. Pero hay que destacar que los habitantes de Zanzíbar son especialmente reacios a que los fotografíen, sobre todo por motivos religiosos. Aunque ahora ya están acostumbrados a los turistas y son muy atentos. Si ven que llevas una cámara fotográfica, te explicarán claramente si aceptan o no que los fotografíes. Por tanto, hay que evitar las fotografías «robadas», porque están muy mal vistas. Puede suceder que algunos niños posen para la fotografía, pero te pedirán dinero a cambio.
La situación de la isla a orillas del océano Índico hace que el pescado fresco sea una de las especialidades. A la plancha o cocinado al curry con leche de coco, no hay duda de que es el punto fuerte de la gastronomía de Zanzíbar. Los platos propuestos suelen estar compuestos de langostas, cangrejos, calamares y otros productos del mar.
El Mvuvi Resort propone una cocina auténtica, fresca y original, que merece ser probada. Sobre todo porque el lugar es absolutamente magnífico.
En la playa de Kiewengwa no encontrarás artesanía auténtica.