Es una de las estaciones estrella de la riviera tunecina. A lo largo del golfo de Hammamet, los hoteles se suceden en hileras muy prietas: uno no viene aquí para aislarse. Salvo alguna excepción, los hoteles apuestan por la animación en vez de por la tranquilidad. En verano, uno se divierte sin parar en los clubes, de la piscina a la playa, pasando por el anfiteatro y la discoteca.
Pero no se debe despreciar Hammamet fuera de temporada: es cuando se aprecia mejor el encanto de la medina, el bajo precio de la estancia y las numerosas posibilidades de ocio o de relajación (equitación, golf, talasoterapia). Las zonas hoteleras se extienden a lo largo del litoral, al norte y al sur de la medina. La zona sur, que corresponde al barrio de Hammamet Yasmine, es la más reciente. Hasta ahora, los aviones llegan a Túnez o a Monastir, lo que representa un trayecto de 45 minutos desde Túnez y 1 hora y 15 min desde Monastir.
El nuevo barrio de Yasmine, a unos diez kilómetros al sur de Hammamet, es todo él una estación balnearia y tiene numerosas ventajas para seducir a los veraneantes. Esta zona, planeada para dar un nuevo empuje al turismo tunecino, ofrece, en un radio de algunos kilómetros, hoteles de alto standing, un puerto deportivo que acoge veleros, réplicas de antiguos navíos mercantiles que se dedican a excursiones en el mar de media jornada o un día, cafés y restaurantes en primera línea de mar, supermercados, una pista de patinaje (sorprende pero se agradece) así como el famoso complejo de "la medina".
Una salida familiar al parque de atracciones Karthago Land ubicado cerca de la Medina de Yasmine Hammamet. Para descubrir de manera lúdica la historia del antiguo Túnez. Reconstituciones de barcos cartagineses sobre mangas de agua animadas por corrientes, moldes de resina de los elefantes de Aníbal, simulación de tiros de cañón por parte de los hermanos pirata Barbarroja... La entrada al parque cuesta 15 dinares.
La vieja medina, el fuerte, la gran mezquita o el centro cultural internacional
No hay aeropuerto en Hammamet. Los aviones aterrizan en Túnez o en Monastir, lo que supone unos 45 minutos de trayecto o 1:15 h respectivamente.
Las ruinas antiguas de Pupput, a pie de mar, a la altura de Jinène Hammamet (entre la medina y Yasmine Hammamet). Ya no queda casi nada de ellas. No tienen comparación con los yacimientos de Dougga y de El Jem que permiten hacerse una idea muy precisa de la Túnez romana del siglo II.
Couscous (de pollo o de cordero). Cada vez se puede encontrar más en los bufés de los grandes hoteles (ofrecido como especialidad o en las veladas tunecinas). Prueba también el resto de recetas del país: dedos de Fatma (hojaldre relleno de pechuga de pollo, patata y alcaparras), tajine (tortilla de carne y de patatas), brick (triángulo de pasta relleno de atún y huevo pasado por agua).
En el zoco antiguo de Hammamet puedes comprar infinidad de cosas: máscaras de cuero de estilo árabe-bereber, camisetas, toallas y gorras con un dibujo de dromedario, ceniceros de terracota o cerámica, mini bandejas de hierro cincelado...