Con casi tres cuartas partes de su territorio recubiertas por el desierto, más que en Asia Central, el viajero tendrá la impresión de estar explorando la superficie lunar. Un excelente ejemplo de esto lo encontramos en el hermoso Cañón de Yangykala, ubicado al Oeste de Turkmenistán, con sus magníficas rocas de tonalidades rosáceas, siendo uno de los lugares preferidos por los amantes de las acampadas por la innegable belleza de su entorno. Al Este del país, cerca de la frontera con Uzbekistán, se encuentra la reserva natural de Kougitang. Si eres aficionado a la espeleología, sin duda, el mejor lugar para practicar este deporte son las grutas de la región de Karlyuk. Al Sur, la cadena montañosa de Kopet Dag hace de frontera natural con Irán. El desierto de Karakoum, el cual ocupa la parte central del país, registra las temperaturas más altas de toda Asia Central. Varanos grises, zorros del desierto, búhos, cobras, víboras, escorpiones y ardillas del desierto pueblan estas tierras áridas. Turkmenistán es también el país de los dromedarios y de los célebres akhal-téké, una magnífica raza de caballos que destaca por su velocidad y resistencia, cuyos lomos suelen ser cubiertos con un tejido de color dorado. El mantenimiento de estos preciados equinos es de los más completo.
Una de las principales atracciones del país es el enorme cráter de Darzava, comúnmente conocido como "La Puerta del Infierno". Para llegar hasta este inquietante lugar, la mejor opción es decantarse por un trayecto en todoterreno desde el Cañón de Yangykala. Este impresionante agujero de 70 metros de diámetro fue creado tras un accidente durante la perforación llevada a cabo en 1971. En aquel momento, los geólogos decidieron prender fuego al gas que salía hacia la superficie para evitar los riesgos de explosión, pero lo que no sabían es que el cráter estaría todavía en combustión varias décadas después. El lugar es particularmente impresionante al caer la noche.
Kunya-Urgench, en la zona norte de Turkmenistán, fue la antigua capital de la región de Khorezm durante la época del Imperio aqueménide. Clasificado como patrimonio mundial de la UNESCO, los vestigios de la ciudad atesoran extraordinarias creaciones arquitectónicas de las cuales algunas datan del siglo XI, como las ruinas de una mezquita, una antigua caravanera (edificio destinado al hospedaje de las caravanas), e incluso fortalezas. En las cercanías de Mary, las amplias ruinas de Merv, antigua gran ciudad ubicada en mitad de la ruta de la seda, son los vestigios mejor conservados de este tipo de construcciones. No muy lejos de este lugar se encuentran las excavaciones arqueológicas de Gonur-depe, las cuales te recomendamos encarecidamente visitar.
Asjabad, la capital del país, está ubicada cerca de la frontera con Irán. Esta se revela como una ciudad realmente sorprendente, llena de parques, palacios y monumentos de mármol blanco, así como numerosas estatuas erguidas para ensalzarla figura del líder del país, Gurbangulí Berdimujamédo, y de su predecesor, Saparmyrat Nyýazow. Definido como un estado presidencialista, la realidad es que Turkmenistán es uno de los estados más autocráticos del mundo, gobernando desde la desintegración de la extinta Unión Soviética hasta el año 2012 el partido único o Partido Democrático de Turkmenistán, del que formaron parte ambos líderes. Dejando a un lado la política, esta enorme Ciudad Blanca cuenta con un buen puñado de interesantes aunque bastante onerosos museos. Los más famosos son el Museo de Bellas Artes, el de los Tapices y el Museo Nacional. El Bazar de Tolkuchka es la única manifestación tradicional que se conserva en la capital.
Casi todos los habitantes del país hablan el turcomano o el ruso. Las tradiciones culturales de Turkmenistán son bastante diferentes de los países de su entorno, debido a la herencia de los pueblos turcomanos nómadas. La mayoría del folclore musical, danzas y cánticos están dedicados a los acontecimientos más importantes de la vida y la tradición local. Los cuentacuentos acompañan sus historias tocando el doutar, instrumento tradicional de dos cuerdas, siendo transmitidos de generación en generación.
Los sitios para comprar souvenirs son muy puntuales, ya que el desierto se extiende sobre el 80% de la superficie del país. El bazar de Tolkuchka es el más insólito y completo de Turkmenistán. Está situado a las puertas del desierto, detrás del canal de Karakum y cerca de Ashjabad, a 8 km de Makhtumkuli. El mejor momento para recorrer el bazar es el domingo, entre las siete de la mañana y la una de la tarde. Puedes comprar seda al por mayor, pañuelos, alfombras (uno de los orgullos y especialidades del país), calcetines gigantes y pantuflos de lana colorida, o telpeks, impresionantes cofias tradicionales turcomanas de lana de oveja, de camello, de cachorro de perro, etc. Los bazares de Ashjabad, el ruso y el de Tikinskii, ofrecen sobre todo productos alimenticios, todo lo necesario para el día a día, y cintas de música regional. En el centro comercial de Univermag, situado frente al hotel Achkhabad, puedes encontrar de todo. Las tiendas abren de 09:00 a 17:00.
En Turkmenistán puedes probar una gran variedad de platos que también se comen en otros países de Asia central. Aunque la mayoría del territorio del país sea desértico y por ende no abunden los cultivos, buena parte de la gastronomía local en cuentra en las verduras sus ingredientes protagonistas, varios platos vegetarianos. Especialmente sopas y caldos que pueden servirse o acompañando la carne.
Prueba el plov, carne de cordero mezclada con arroz y aderezada con pasas, verduras (cebollas y zanahorias) y especias (comino, cilantro, etc.). Puedes probar los shashliks o kebabs, pequeños pinchos de carne de cordero, ternera, pollo o hígado de ave de corral que se sirven generalmente con cebolla cruda, así como los mantyi, una especie de gran ravioli de carne con pimienta negra cocido al vapor también típico de Kazajistán, y el laghman, pasta alargada hervida en un caldo y mezclada con cordero, verduras y especias. Las samsas, que recuerdan a las samosas típicas de la gastronomía hindú, son otro preciado snack o entrante que te recomendamos probar.
Saborea las grandes galletas de pan (corek), vendidas en las calles y en los mercados, que sirven como guarnición para las sopas y los shashliks. Has de saber que los habitantes de Turkmenistán son muy supersticiosos con todo lo que tiene que ver con el pan. Por ello, nunca se debe tirar ni un solo pedazo de pan. El dograma es uno de los platos tradicionales preparados para las grandes ocasiones. Este se compone de pan, carne y cebollas. Sacia tu sed con un buen té verde o negro en un tradicional tchaïkhana (casa de té). La leche de camello es también muy consumida y apreciada en el desierto.
Los musulmanes de Turkmenistán son poco practicantes y, sobre todo, tolerantes y tradicionales. Según la costumbre, cuando se entra a una casa turcomana, lo correcto es descalzarse y sentarse en el suelo.
En el país existe un amplio abanico de días feriados con motivo de varias fiestas y celebraciones importantes y conocidas, aunque algunas de ellas resultan de los más insólitas. Este es el caso, por ejemplo, del Día del Caballo, acontecimiento que se tiene lugar el último domingo de abril en el que se realizan carreras de los célebres akhal-teke; la fiesta de los tapices (último domingo de mayo) la fiesta de los melones, el Día de la Buen Vecindario o la Fiesta de la Neutralidad (12 de diciembre). La fiesta del Día de la Independencia se celebra durante dos días (27 y 28 de octubre), inundando las calles de desfiles militares y banderas nacionales.
El regateo es una actividad bastante extendida en los mercados y bazares del país, por lo que no dudes en practicarlo a la hora de hacerte con algún suvenir o producto típico.
Los mejores periodos del año para viajar a Turkmenistán se desarrollan entre los meses de abril y junio, y entre septiembre y principios de noviembre, cuando las precipitaciones son muchos menos elevadas y las temperaturas más agradables.
No te pierdas el bazar de Tolkuchka, situado a las puertas del desierto, detrás del canal, junto a Ashjabad. Este bazar insólito es un hervidero de vida, sobre todo los domingos. Es el mejor lugar del país para comprar souvenirs, como una bonita alfombra turcomana o un telpek auténtico, el sombrero tradicional turcomano hecho con lana de oveja. Puedes recorrer el centro de Ashjabad, dedicado completamente a la gloria del presidente turcomano y descubrir la arquitectura general de los nuevos edificios que ejercen el culto a la personalidad del presidente. Por último, puedes atravesar el desierto de Karakum, de este a oeste, por la única carretera principal de un país cuyo desierto cubre las tres cuartas partes de su territorio.
Para entrar en el país es necesario contar con un visado. Este visado se obtiene mediante la presentación de una carta de invitación, cuya obtención puede tardar varias semanas. De hecho, este documento es tramitado por el Servicio Estatal de Migraciones, que mediará sobre tu petición, la de la agencia de viajes con la que vayas, o con tu empresa, en caso de viajar por motivos de negocios.
Se recomienda desplazarse siempre con el pasaporte y con un visado válido. Los extranjeros disponen de un visado turístico que deben compulsar en un plazo de tres días a partir del momento en que llegaron al país en una oficina del servicio de Estado con cita previa. Debes rellenar un formulario especificando tu identidad y el motivo de la estancia, y abonar los derechos (10 USD). Debes conservar siempre una copia del formulario y presentarlo junto con el pasaporte y el visado cada vez que te lo soliciten. No puedes salir del país sin haber devuelto el documento al puesto fronterizo por el que hayas entrado a Turkmenistán.
Se recomienda evitar visitar Dashoguz y el conjunto de regiones fronterizas (especialmente los territorios que limitan con Afganistán). Además, éstas solo pueden visitarse con una autorización particular que se puede obtener una vez en el país.