Los países limítrofes son numerosos: Armenia, Azerbaiyán, Bulgaria, Grecia, Georgia, Irán, Irak y Siria. Pese que a los viajeros provenientes de estos países sí necesitan un visado para cruzar la frontera, los españoles no tenemos de qué preocuparnos pues el pasaporte europeo es suficiente para entrar en Turquía.
Aunque Ankara sea la capital del país, Estambul es la ciudad turca más grande aparte de ser, con creces, la más demandada por los turistas. Resulta evidente si tenemos en cuenta el gran número de rincones culturales que visitar en la ciudad. Basta con adentrarse en el barrio de Sultanahamet para contemplar la Basílica de Santa Sofía o la Mezquita Azul, paradas obligatorias en Estambul.
De entre las ciudades costeras, destaca Antalya. Con poco más de un millón de habitantes, los nueve millones de turistas que recibe al año pueden resultar sofocantes. A pesar de ello, hay barrios como Kaleiçi que están más tranquilos en cuanto afluencia, y que tiene unos callejones perfectos para no contrarrestar un poco los días de gran calor. En concreto, este barrio (Kaleiçi) es una ciudad fortificada en sí misma, dominada por el aminar de la mezquita Yivli, las más antigua de Antalya. La entrada se hace por la puerta de Hadrien, donde todavía se puede observar los rastros cavados por los carros de la antigüedad que abastecían la ciudad. Allí, un laberinto de callejones escarpados lleva al centro de ocio de la ciudad. El zoco es una de las paradas obligatorias, el lugar ideal para comprar recuerdos de la ciudad, aunque si compras algo de marca ten en cuenta que, como es evidente, lo más seguro es que sea una falsificación.
Turquía forma parte de los países que disponen de aguas termales en el mundo. La temperatura de las mismas oscilan entre los 20 y los más de 110 grados. Al ser más de 1300 fuentes repartidas por la geografía turca, sería difícil nombrarlas todas pero por citar una, la más conocida es Pamukkale.
Muchas de estas fuentes forman estanques muy grandes, que pasan a ser piscinas naturales. Otras fuentes interesantes para visitar son las de Balcova, de Izmir o las de Cesme
Su patrimonio cultural, sus sorprendentes paisajes y su magnífico litoral hacen de Turquía un país más que atrayente, a la par que barato. Turquía se puede descubrir de muchas maneras distintas, una buena forma es realizando un circuito organizado, tanto individual como colectivo. Si tienes en
mente unas vacaciones para desconectar, seguro que encontrarás el lugar ideal aquí, en uno de los numerosos balnearios que siembran las costas egeas y mediterráneas, e incluso sobre el agua a bordo de una de sus famosas caïque tradicionales (un barco tradicional).
Turquía no es un país que se visite de una sola vez. Si sólo dispones de un fin de semana, Estambul es, sin duda, la mejor opción. Si se trata de una semana, se abren nuevas posibilidades de viaje: una estancia más detenida en Estambul, vacaciones de playa, una aventura por Capadocia, un crucero en goleta bordeando la costa mediterránea, o bien un circuito por los enclaves históricos más importantes del país. Para recorrer toda Turquía de verdad hacen falta tres semanas, o incluso un mes, al volante de un coche de alquiler, por ejemplo.
Al ser Turquía un país de tránsito en lo que a sustancias estupefacientes se refiere, te recomendamos seriamente que no aceptes llevar paquetes "sospechosos" de personas desconocidas.
La artesanía turca es muy rica. Están por supuesto los famosos kilims. No te dejes engañar con la calidad y el precio de estas alfombras, que efectivamente se venden más baratas que en España. El precio de los kilims depende principalmente de la complejidad de sus motivos y del material (seda, rayón o algodón). Las piedras semipreciosas se venden a precios interesantes, al igual que las pieles y el cuero, aunque la calidad y el corte de estos últimos dejan a veces mucho que desear. Las tiendas abren de 09:30 a 19:00, de lunes a sábado. Cierran los domingos.
La cocina turca, que goza de una bien merecida fama, se compone de entremeses fríos o calientes, llamados meze: pepinos cubiertos de salsa de yogur, caballa marinada, berenjenas rellenas, berek (pasta de hojaldre rellena de queso o carne). Además de las carnes a la brasa, que se sirven en forma de kebab, entre otras, encontramos también gran variedad de pescados. Como guarnición, lo más común es que los platos se acompañen de bulgur (trigo molido), arroz, o bien la tradicional ensalada de tomate y pepino. Se elaboran también una infinidad de dulces y pasteles excelentes. No olvides probar el baklava, un hojaldre de miel y pistachos, los lokums (dulce a base almidón y azúcar), y la mermelada de rosa. El raki, una especie de anisete, es la bebida nacional, al igual que el café y el té del mar Negro.
Si te invitan a una comida turca, ten en cuenta que cada vez que vacíes el plato tu anfitrión lo rellenará... Cuando no tengas más hambre, deja el plato lleno: esto significa que ya has comido bastante.
Es normal regatear. Fuera de las zonas turísticas, no está bien visto bajar excesivamente el precio. Cabe señalar que no se considera de mala educación no comprar nada incluso tras haber bebido un té ofrecido amablemente. No olvides descalzarte. Evita visitar las mezquitas los viernes o a la hora de las oraciones (también es aconsejable descalzarse antes de entrar en una mezquita, y volver a ponerse los zapatos para subir a un minarete. Las mujeres deben cubrirse la cabeza). Mientras dure el Ramadán, evita comer, beber o fumar en público durante el día. El nudismo está prohibido. Es preferible no besarse en la calle.
Si lo que buscas es visitar lo más auténtico de la costa de Antalya, debes visitar Kaleiçi. Pese a tener una importante presencia comercial, se trata del barrio en el que se sitúan las casas más antiguas de la zona. La arquitectura es la misma que encontramos en toda la región mediterránea. Con sus patios protegidos a la sombra y una vegetación donde abunda el jazmín y la menta, son un valor añadido para que la experiencia en esta ciudad sea encantadora.
Las terrazas que hay en el viejo puerto hacen de las funciones de mirador dónde es muy agradable ver el vaivén incesante de los barcos que se dirigen hacia los saltos de agua de Karpuzkaldiran.
Turquía no se debe visitar de golpe. Si dispones solamente de un fin de semana no lo dudes, céntrate en Estambul. Si cuentas con más días, por ejemplo una semana, entonces se te abre un abanico de posibilidades, como centrarte en Estambul y conocerla en profundidad, optar por vacaciones de playa en sus maravillosas costas, descubrir Capadocia en globo, navegar en goleta a lo largo de la costa mediterránea, o como citamos con anterioridad, realizar un circuito que te lleve a los sitios más importantes del país. Si tu idea es dar la vuelta a Turquía en coche, sin prisas, debes disponer al menos de 3 semanas.
Sobre la costa egea, dos ciudades se disputan el mayor protagonismo turístico. Y es que no es fácil elegir si hablamos de Kusadasi (accesible desde el aeropuerto de Izmir) y Bodrum. La primera, ofrece una gran variedad de alojamientos, es muy animada y sobre todo tiene un acceso privilegiado a algunos de los lugares más antiguos de Turquía: Éfeso, Pamukkale, Afrodisias y Pérgamo.
Por su parte, Bodrum, tiene una vida nocturna que no tiene nada que envidiar a los mejores destinos veraniegos del resto de Europa. Antalya, Kemer y Side son las ciudades costeras más conocidas de la Riviera turca. Las posibilidades de alojamiento son numerosas y variadas, y el ambiente también es muy bueno como en la costa egea. Por otro lado, como dato a tener en cuenta para los viajeros que les gusta disfrutar de la playa, el agua del mar aquí está más caliente.
Por último, aunque suene a tópico, no pierdas de vista tu equipaje ni aceptes que metan en tu maleta producto alguno. Turquía ha tenido muchos problemas con el tema de los estupefacientes, y no serías el primero al que meten en un buen lío.