Principal puerta de entrada al país, ciudad mítica extremadamente joven, a caballo entre Europa y Asia, quedarás fascinado si decides viajar a Estambul. Ciudad de contrastes, Estambul no se parece a ninguna otra. Tómate tu tiempo para perderte por la ciudad. Cada uno de los mil y un barrios reservan sorpresas diferentes, pero siempre locales. En el programa: ir de compras al Gran Bazar y al mercado de especias, visita a la Mezquita Azul cuyos seis minaretes hicieron palidecer a la Meca, la suntuosa Santa Sofía, basílica bizantina transformada en mezquita, el impresionante Topkapi, palacio-museo de sultanes con una extensión cercana a los 70.000 m². Entra también en San Salvador en Chora, basílica romana decorada con admirables mosaicos bizantinos, planea dar un paseo en caique por el Bósforo, otra manera de ver el antiguo Bizancio y los yalés (casas con vigas de madera), que bordean las orillas del río.
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Las compras en el Gran Bazar y en el mercado de especias se imponen y forman una auténtica experiencia. Las islas de los príncipes en el mar de Marmara en la costa de Estambul te ofrecerán algo de calma y un agradable paseo.
La Mezquita Azul, Santa Sofía, La cisterna, el Bósforo, el puente de Galata, la torre de Galata, el palacio de Topkapi... son otros tantos de los lugares ineludibles.
Tómate tiempo para ir a darte un buen baño y un masaje en el hammam. Direcciones no faltan. Si te gusta un ambiente más local, elige un hammam hacia Taksim, allí sólo encontrarás turcos. En la ciudad antigua abundan los turistas y los ambientes a veces son ruidosos en estos lugares de relajación.
Comprueba que los taxis tengan taxímetro para que pagues el importe justo por tus trayectos. Los taxis se usan tanto como los autobuses, son muy baratos. Durante el día, utiliza el transporte público siempre que sea posible, los atascos son incesantes.
Los Berek y baklava se venden a peso y merecen una parada. Prueba también una comida de mezze, típicamente turco y prueba los famosos kebab. La cocina turca es rica y variada.
Especias, joyas de plata, objetos de cuero, productos locales, alfombras, colgaduras... hay mucho donde elegir en la multitud de barrios comerciales de esta inmensa capital.