Una gran obra arquitectónica bizantina te espera en la ciudad de Estambul, la Iglesia de Santa Sofía actualmente convertida en museo, el Museo Ayasofya (significa sabiduría sagrada). Esta espectacular creación muestra en su interior y exterior una densa historia que la ha llevado a lo largo de los años a pasar por diferentes etapas y transformaciones propias de los hechos y cambios producidos en las distintas épocas. En el año 360 D.C, en el exacto lugar donde hoy en día contemplamos Santa Sofía, el emperador Constantino mandó construir en pleno centro de la ciudad una iglesia (de madera). Posteriormente tras incendiarse ésta se hizo construir otra más colosal y fuerte (por el emperador bizantino Teodasios) inaugurada en el 416. De esta edificación todavía hay restos arquitectónicos en la actual iglesia-museo. Y finalmente, en época de emperador Justiniano se llevó a cabo la construcción que conocemos hoy en día (llevó 5 años y 10 meses finalizarla). Por lo que Santa Sofía originariamente fue utilizada como templo religioso de los cristianos hasta la toma de posesión de Estambul por los turcos en 1453. A partir de este momento y hasta 1934 se reconvirtió en mezquita y fue utilizada como lugar sagrado por los devotos musulmanes. Para asumir dicha transformación, a la anterior estructura se le fueron añadiendo los cuatro minaretes que son visibles hoy en día. La mayor transformación la asumió en presencia del Imperio Otomano. Finalmente, el 1 de febrero de 1935 tras de nuevo otra costosa restauración fue convertida en lo que hoy en día conocemos, el museo, que abre sus puertas todos los días 9 a 16 horas, excepto los lunes que permanece cerrado. Su precio es de 20 liras turcas (aproximadamente 10 euros) . Éste se encuentra frente al Palacio de Topkapi y la Mezquita Azul.