Odessa es la ciudad más grande y más importante de toda la costa del mar Negro. Representa el centro económico y cultural de la región. La ciudad, de 1,2 millones de habitantes, se extiende por aproximadamente 50 km a lo largo de la bahía homónima. Se trata de una mezcla curiosa entre puerto industrial y enclave turístico. Durante la época estival, desde mediados de junio hasta finales de septiembre, recibe su cupo de veraneantes en búsqueda de sol. Odessa debe su nombre a una antigua colonia griega, Odessos. La reina Catalina de Rusia, consciente del interés estratégico de esta salida al mar Negro, hizo construir un puerto marítimo en 1794. La ciudad, muy cosmopolita y administrada por un noble francés emigrado, el duque de Richelieu, era famosa en la época por su mentalidad liberal y su apertura a occidente. Fue el escenario de los sangrientos sucesos de la revolución de 1905, con el amotinamiento de los marineros del acorazado Potemkin. Desde el puerto marítimo se puede acceder a la famosa escalera de Potemkin, en el bulevar Prymorsky, donde Eisenstein rodó la célebre escena del coche de bebé trastabillando por sus 192 peldaños. El bulevar Prymorsky ofrece unas vistas magníficas al puerto y al mar. Más al sur, en la calle Lastotchkine, se alza la imponente Ópera, una mezcla de estilos Barroco y Renacentista. La arteria principal de la ciudad, la calle Deribassivska, resulta muy agradable por su animación y sus múltiples edificios. En el centro de la ciudad, siete museos de principios del siglo XIX dan fe de la tradición cultural de la misma. Aconsejamos en particular la visita del Museo Arqueológico, que alberga interesantes vestigios de las civilizaciones del mar Negro. Al noroeste de Odessa, cerca de la población de Nerubayskoye, podemos visitar un auténtico laberinto de catacumbas subterráneas excavadas en piedra arenisca. Finalmente, Odessa tiene para ofrecer unos 40 km de playa en la costa del mar Negro, aguas termales y baños de barro.