Desde las orillas del Tíber, entra en la Ciudad del Vaticano por la plaza Pío XII y accede a la Via della Conciliazone. Ante tus ojos se abrirá la plaza de San Pedro, rodeada por una columnata elíptica doble y con un obelisco en el centro. En frente se encuentra la basílica más grande del mundo.
Sal a la descubierta de las muchas y hermosas arquitecturas y una de las colecciones artísticas más impresionantes del mundo, única por su diversidad y por la calidad de sus obras.
A pesar de que el Vaticano sea un estado independiente, es imposible disociarlo de la ciudad eterna, ya que se ecuentra en el corazón de Roma. En los alrededores podemos encontrar numerosas iglesias, igual que el Castillo de Sant'Angelo. Toma el Passetto di Borgo, un pasaje que une Roma con Ciudad del Vaticano. Este pasillo de unos 800 metros de largo y 10 metros de alto supuso una vía de escape en más de una ocasión para los papas que corrían peligro. En la actualidad, tras unas largas reformas, el Passetto está abierto al público, aunque las visitas deben realizarse en grupos pequeños y es recomendable reservarlas con antelación. El castillo cuenta con un museo en el que podrás admirar numerosas colecciones de pinturas y cerámicas del Renacimiento, así como objetos decorativos, esculturas y vestigios de le época romana que salieron a la luz durante los saqueos del mausoleo de Adriano.
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