La capital de Venezuela se emplaza en medio de un valle y goza de una suave brisa marina. Es una ciudad con encanto, aunque no tiene mucha personalidad. Como consecuencia del boom del petróleo, esta antigua población agrícola ha conocido un crecimiento espectacular y algo caótico. Los rascacielos y los barrios elegantes del centro contrastan con los barrios de chabolas (ranchitos) que pueblan las laderas de las montañas colindantes. El casco antiguo colonial ha sido demolido para edificar en él modernas torres, por lo que Caracas no posee un gran patrimonio arquitectónico. Sin embargo, en el centro, siempre con atascos y con mucha contaminación, se pueden encontrar algunos monumentos históricos. El barrio animado de la plaza Bolívar, en la que se ubica la estatua ecuestre del Libertador, es donde se encuentran los principales monumentos coloniales: la catedral, el palacio del Arzobispado, la iglesia de San Francisco, el Capitolio, el palacio del Gobernador, la Biblioteca Nacional y el palacio de las Academias. Caracas dispone asimismo de magníficos museos, como el Museo Criollo Raúl Santa y el Museo de Arte Colonial, situado en una antigua hacienda de estilo andalusí en el barrio de San Bernardino. También destacan los museos situados en el Parque Central: Museo de los Niños, Museo de Arte Contemporáneo, Museo de Bellas Artes y Galería de Arte Nacional. Puedes pasearte tranquilamente por la inmensa avenida peatonal Sabana Grande, entre terrazas, tiendas de ropa, librerías y vendedores ambulantes. Quizás prefieras recorrer las escondidas boutiques en el barrio de Los Palos Grandes, visitar el jardín botánico, el parque zoológico de Caricuao, la Ciudad Universitaria o dar una vuelta en una barca de pedales por los lagos del Parque del Este. Sube al monte Ávila en el teleférico para disfrutar de unas magníficas vistas sobre Caracas. El monte también tiene bonitos senderos arbolados por los que puedes realizar excursiones. Cada fin de semana, los caraqueños van a mover el esqueleto a discotecas y salas de concierto en las que tocan bandas de rock, de salsa o de jazz latino. Se garantiza marcha en tu viaje a Caracas. Descubre un curioso lugar a las afueras de Caracas, a 90 km al suroeste: el enclave bávaro de Colonia Tovar, un pueblecito montañés poblado de granjeros originarios de la Selva Negra de Alemania. En los albergues se bebe cerveza y se saborean los apfelstrudels (tartas de manzana) al compás del cucú que se asoma de los péndulos. Y no puedes irte sin visitar el pueblo del Hatillo a 15 km al sureste de la ciudad, patrimonio nacional por sus casas coloniales que albergan galerías de arte, cafés y restaurantes donde se come muy bien. Una parada obligatoria estando allá es el centro de artesanal Hannsi.