Charlotte es una de las ciudades más prósperas y dinámicas de Estados Unidos. No en vano, es la capital del estado de Carolina del Norte y en ella se ubican las sedes de importantes bancos norteamericanos, por lo que tomar un vuelo hacia esta ciudad significa viajar a uno de los núcleos financieros del gigante estadounidense. Esto ha hecho que en su skyline proliferen rascacielos, visibles desde todos los rincones de la ciudad.
Charlotte es famosa por albergar numerosos museos que son un referente en el panorama artístico de Estados Unidos, como el Bechler Museum of Modern Art, pero que también reflejan otras realidades de la sociedad norteamericana, como el Nascar Hall of Fame, en el que se rinde tributo a los mejores pilotos de esta modalidad de automovilismo. El deporte también está muy presente en la vida de sus habitantes, especialmente con los Hornets en baloncesto y los Panthers en fútbol americano.
Una vez aterrice tu vuelo en Charlotte, es muy fácil acceder a la ciudad. Lo puedes hacer de diferentes maneras. Una de ellas es a través de autobuses exprés, que se toman en sedes financieras y en lugares estratégicos de Charlotte. También puedes consultar directamente a tu hotel, pues en algunos casos salen autobuses particulares para sus huéspedes. Otra opción muy utilizada es la del taxi, interesante porque cuenta con tarifas prefijadas hacia ciertos lugares de destino en la ciudad, que normalmente suelen rondar los 25 dólares. Por último, la tercera alternativa para desplazarse desde el aeropuerto es mucho más lujosa y extravagante: la limusina. Puesto que Charlotte es un centro financiero importante, este tipo de servicios exclusivos son fáciles de contratar en la ciudad, y en su aeropuerto encontrarás oficinas en las que podrás gestionar una reserva de este tipo.