La Coruña es una de las provincias que engloban la comunidad autónoma de Galicia. Es una tierra mágica, llena de naturaleza, costumbres y cultura, que nos dejará una huella imborrable en la memoria, el día que tengamos que regresar. Si hay un lugar barato en España, para comer o dormir, esa es toda la zona de Galicia. Además la Coruña destaca por sus gentes abiertas y amables. Posiblemente su esencia marinera tenga mucho que ver con esta apertura hacia el foráneo. Cuando elegimos un vuelo para la Coruña estamos abriendo una puerta a la aventura. Es una cita ineludible para los amantes de las buenas mariscadas o los que buscan playas salvajes en donde perderse. La Costa de la Muerte es un territorio lleno de rincones donde las creencias paganas siguen muy vivas. Los buscadores de grandes olas y de mares embravecidos tienen una cita obligada con esta zona de España, ahora está a la distancia de un vuelo. Hasta podemos visitar el fin del mundo en su cabo de Finisterre. Pocas regiones dan tanto.
El aeropuerto de la Coruña se encuentra situado al norte, en el término municipal de Culleredo, a unos 8 kilómetros de distancia del centro de la capital. Galicia merece descubrirla en coche, aunque lo más sencillo es aprovechar la línea de autobuses que comunica con la Coruña y ya desde allí decidir. Recibe vuelos nacionales e internacionales. Esos vuelos comunican con Madrid, Sevilla, Barcelona, Ámsterdam, Lisboa o Londres, por lo que podemos enlazar con alguno de esos destinos para continuar viaje. Es bastante sencillo conseguir un vuelo barato a La Coruña. Si a este vuelo barato, le sumamos que la comida y el alojamiento son también muy baratos, descubriremos que es un destino muy interesante para nuestro bolsillo. Además, como encanto no le falta, podremos disfrutar cada minuto del día descubriendo parte de su historia o siendo parte de algún estupendo concierto en directo. Sobre todo si decidimos reservar nuestro vuelo para verano, experimentaremos como lo que nos falta, después de todo, es tiempo para disfrutar de citas tan famosas como Ortigueira, donde se dan cita grandes músicos del folk.
La Coruña tiene un casco histórico bonito, pequeño y coqueto, rodeado de mar y vida. No podemos dejar de visitar la Torre de Hércules, un faro romano único en el mundo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Para llegar hasta allí o recorrer un trecho de vuelta a su centro merece la pena coger un tranvía. La distancia es corta, pero la experiencia resultará realmente grata. Esta región guarda muchos rincones donde probar un buen albariño y una ración de gambas. No son buenas las prisas, ni debemos poner mala cara si nos sorprende la lluvia, pues es parte del paisaje cuando acaba el verano. Y la magia de las meigas solo aparece cuando orvalla.