Esta sola palabra es suficiente como símbolo de la ciudad y del país. Sino podemos visitar la ciudad en plenos carnavales nos queda el visitar las diferentes calles o sambódromos por donde ensayan sus desfiles las escuelas de samba.

Una foto a los pies de esta enorme escultura y un vistazo desde lo alto del Corcovado son otra de esas visitas ineludibles que certifican nuestra estancia. Eso sí si queremos subir en el tren hay que armarse de paciencia y no ir con el tiempo justo.

En medio de una ciudad tan grande como esta impresiona las dimensiones de este parque que divide la ciudad y le ofrece un buen pulmón con el que respirar. Desde la Pedra da Gávea nos esperan otras impresionantes vistas para nuestra cámara.

Río tiene muchos referentes y este es otro que está implantado en el imaginario colectivo. Su playa, su multiculturalidad, pero sobre todo la suma de sus teatros, cafés y tiendas de moda, nos obliga a pasar por lo menos un día explorándola.

Diseñado por Oscar Niemeyer recoge los mejores referentes culturales a través de las obras de grandes artistas. A través de sus grabados, esculturas o pinturas podemos sentir de manera más íntima y sutil la sensibilidad de una cultura llena de armonías.