En esta bonita ciudad francesa destacan, entre otras cosas, la belleza de sus playas que atraen todos los años a turistas de todas las nacionalidades. Sus arenas doradas, la posibilidad de hacer surf y las bonitas puestas de sol son algunos de sus encantos.

Merece la pena pasear por sus calles, inundadas de flores. Con gran cantidad de zonas peatonales, es un lugar ideal para tomar algo en cualquiera de sus bares, en sus restaurantes o comprar un recuerdo en sus bonitas tiendas. Es un punto de encuentro de todos.

Es el símbolo de la ciudad y se encuentra situada sobre una peña que está unida por un puente, construido por Eiffel, a un bonito paseo. Es un lugar de visita obligada, desde el que se tienen unas vistas preciosas sobre el mar y sobre la ciudad.

Es otro lugar en la ciudad de vistas impresionantes, ya que se puede subir a lo alto del mismo, por una escalera de más de doscientos escalones. Recibe muchos turistas que entran al mismo y luego descansan en los bancos del exterior y disfrutan del paisaje.

Situada en el centro, fue construida por la comunidad rusa de la ciudad. Esta bonita iglesia traslada la belleza de estas construcciones orientales, ofreciendo un bonito contraste con todos los edificios de su entorno.