Está marcado por la Plaza de Armas, centro de actividad urbana rodeado de restaurantes y cafés. En torno a ella, la catedral, levantada sobre antiguas ruinas incas, y la iglesia de la Compañía de Jesús. Preciosos soportales sirven para dar cobijo a turistas y locales, tanto del calor como de la lluvia.

Sus callejuelas estrechas y empinadas están repletas de talleres artesanos, coquetos restaurantes y hostales baratos. Muchas de sus casas de paredes blancas y ventanas azules están levantadas sobre ruinas incas. La vista de la ciudad desde lo alto, especialmente de noche, es espectacular.

No dejes de visitar el de Arte Precolombino y su amplísima colección, y especialmente el Museo Inca, cuyo edificio es en sí mismo una joya arquitectónica. Sobre las ruinas incas de Qorikancha se levanta el convento de Santo Domingo.

Nadie que visite Cuzco elude la visita a la ciudadela inca mundialmente más conocida. Coge el tren a Aguas Calientes; una vez allí, el autobús tarda 15 minutos. Estamos seguros que esta sola visita bien vale el trayecto Madrid-Cuzco.

Forman parte de la gastronomía típica de Perú. Prueba el resultado de combinar los sabores y la tradición andinas con la hispana. Si lo que prefieres es algo más conocido, encontrarás restaurantes para todos los gustos y bolsillos.