Si hay un elemento diferenciador de Lisboa, ese es el Tajo (o Tejo, en portugués). La ciudad se encuentra exactamente en la desembocadura del río, donde alcanza su mayor anchura. Sus puentes y su paseo ribereño son espectaculares.

Precisamente a orillas del río Tajo se encuentra Belem, un pequeño barrio mundialmente conocido por su torre manuelina, su monasterio de los Jerónimos y sus dulces de hojaldre.

El Castillo de San Jorge se encuentra en una de las siete colinas de la ciudad y desde allí se divisan las mejores panorámicas del entorno. Su construcción data de la Edad Media y se encuentra muy bien conservado.

Con sus duras cuestas y sus pintorescos tranvías, el Bairro Alto es el barrio más bohemio de la ciudad. Tomar un café en sus tabernas o cenar una de las exquisitas variedades del pescado local son lujos al alcance de cualquiera.

Como contrapunto, el turista puede visitar el barrio de la Exposición Universal de 1998. Es la zona más moderna y se encuentra al noroeste de la ciudad. Destacan la estación de Oriente diseñada por el arquitecto español Santiago Calatrava y el majestuoso puente Vasco de Gama, de 4,5 kilómetros. No esperes más, reserva ya tu vuelo Madrid-Lisboa y descúbrelo tu mismo.