La plaza del Rosario de Nuestra Señora de Chiquinquirá es una gran obra arquitectónica, levantada en conmemoración a la aparición de la Virgen. Sus 18 metros de altura son suficientes para hacer del monumento un lugar digno de ver por los visitantes. Le rodean unas ninfas transformadas en ángeles, en posición de adoración, y unos pequeños querubines, además de María Cárdenas, que fue la persona que tuvo la visión.

Hay que subir a una montaña a bastantes kilómetros de la ciudad. Tras un largo recorrido y una hora de subida a la propia montaña, nos encontramos con unas de las mejores vistas de toda la región. Un despliegue de color verde y de naturaleza en estado puro. Muchas curvas y un trayecto cansado, pero merece la pena sin dudarlo.

Esta calle es el ejemplo típico de la arquitectura colonial de Venezuela. Ubicada en pleno centro de Maracaibo y de uso exclusivo para peatones, sus preciosas casas de colores vivos y una apariencia descuidada pero genuina son el escenario principal de un paisaje urbano magnífico. Todo son galerías de arte, restaurantes de comida de todas las culturas y tiendas para realizar las mejores compras del viaje.

Es un parque temático del agua. Ideal para descansar un poco del turismo convencional y disfrutar de un buen rato con la familia. Está situado en el interior de la Vereda del Lago. Su ambiente es divertido y acogedor, y las piscinas están muy bien cuidadas.

Construido en el 2001 y con una extensión de 68 hectáreas es uno de los espacios más bonitos de toda la ciudad. La calma la armonía se palpa en el ambiente. Sus vistas y su naturaleza son inigualables, pudiendo ver a lo lejos el gran puente de Rafael Urdaneta. El lugar es ideal para todo tipo de ocio y de deportes. Contiene desde un campo de béisbol hasta un circuito de Karting para los más pequeños.