Obvio. Visita obligada tras tu trayecto Madrid-Roma. El Coliseo es una de esas construcciones que representan a Rome, pero además de ir para hacerte la típica foto de turista puedes aprovechar la visita para conocer su apasionante historia. Iniciado por Vespasiano en el 72 d.C. y declarado lugar sagrado años después. Frente a él se encuentra el Foro Romano. Documéntate o bien consigue una visita guiada para conocer todos los detalles de estos lugares.

Otra de las visitas que no te puedes perder. Sus impresionantes dimensiones te dejarán sorprendido, planea bien tu jornada puesto que al menos necesitarás dos horas para no perderte las joyas que encierra como su Baldaquino de bronce, la estatua de la Piedad de Miguel ??ngel o la subida a la cúpula desde donde disfrutar de unas sobrecogedoras vistas. Si quieres dedicarle más tiempo podrás visitar las tumbas de los papas e incluso la de San Pedro.

Originalmente era un barrio humilde de la ciudad, sin embargo, durante los últimos años se ha convertido en un lugar de moda, el sitio ideal para pasar una entretenida noche o disfrutar de una sabrosa cena romana en alguna de sus bulliciosas terrazas. Además de un animado ambiente típicamente romano puedes visitar la iglesia de Santa María in Trastevere, erigida sobre los restos de una antigua iglesia paleocristiana y con unos interesantes mosaicos.

Una de las plazas más impresionantes de Roma. No te regreses a Madrid sin haber paseado por esta joya del barroco y contemplado su fuente de los ríos, obra del gran Bernini. Otras plazas ilustres de la ciudad son la Piazza del Popolo o la Piazza di Spagna.

Quizá uno de los puntos de Roma que no aparece en todas la guías, pero no por ello menos interesante. Entre sus callejuelas encontrarás joyas como la Piazza Mattei repleta de palacios y esculturas renacentistas, o la bella Fuente de las Tortugas.