El monumento más visitado del mundo con unos 7.000.000 de visitantes al año. Sin duda, el símbolo de la capital francesa. Es recomendable acceder paseando desde el Trocadero. Poco a poco que te irás dando cuenta de su magnitud, y cuando llegues a su base mira para arriba, es grandiosa. Luego puedes subir a distintas partes de la torre para disfrutar de su maravillosa vista, tanto de día como de noche.

Otro de los grandes símbolos de la capital de Francia: sus dimensione te dejarán sorprendido, 50 metros de alto con una base de 45x22 metros. Fue construido para conmemorar las victorias de los ejércitos franceses a las órdenes de Napoleón y es testigo de excepción de la liberación de 1944. En su base, la tumba al soldado desconocido, en la que una llama siempre está encendida.

Su nombre proviene de la época medieval, de sus habitantes, estudiantes que hablaban el latín. Accedes tras pasar la plaza de Saint Michel. A partir de ahí un fascinante ambiente bohemio y un enorme entramado de callejuelas para recorrer a pie. Si te coincide la hora, disfruta de una comida o cena en uno de sus múltiples restaurantes.

Uno de los museos más importantes del mundo. Se inauguró en el siglo XVIII, en la fortaleza del siglo XII que albergó a la familia real hasta que esta ese trasladó a Versalles. Hoy en día unas 300.000 obras componen su colección, entre las que destacan la célebre Gioconda de Leonardo da Vinci o las Bobas de Caná. Desde su explana interior puedes apreciar su emblemática pirámide cristal.

Cuenta con dos parques temáticos, Disneyland y Walt Disney Studios que reciben unos 15 millones de visitas anuales. El RER A te lleva desde el centro en unos 40 minutos, y a tu llegada la magia de Disney , que evocará el pasado en unos y el presente en otros, hará que paséis una jornada inolvidable.