Brujas: La Venecia del Norte

Bélgica tiene mucho más que ofrecer de lo que parece a simple vista. De hecho, este pequeño país del norte de Europa esconde muchas sorpresas y una de las visitas obligadas del país es la encantadora ciudad de Brujas. Situada en Flandes, la Venecia del Norte es la ciudad romántica por excelencia. Si sueñas con una escapada romántica, aquí tienes tu destino ideal. Déjate seducir por el encanto de su característica arquitectura gótica y su laberinto de callejuelas que albergan tiendecitas coquetas, cada una más atractiva que la anterior. Aquí, el olor de un buen gofre de Lieja o Bruselas recorre las calles y no dejará insensible tus papilas gustativas; este manjar salpicado de azúcar, chocolate o fresa hará que te enamores instantáneamente de este lugar. También puedes deleitarte con una deliciosa cerveza belga en uno de los muchos establecimientos emblemáticos de la ciudad. Las cervecerías son toda una institución en Bélgica, donde podrá degustar platos típicos como carbonadas, frites, stoemp, vol-au-vent, waterzooi y otras especialidades. ¡No querrás perderse las patatas fritas!. De hecho, como en cualquier otro lugar de Bélgica, podrás disfrutar fácilmente de un buen cucurucho de patatas fritas, emblema y orgullo nacional, sobre la marcha y por no demasiado dinero.

A Brujas se le dice la Venecia del Norte: si esta pequeña y tranquila ciudad medieval es tan popular, es en parte gracias a sus canales, que son las verdaderas arterias de Brujas y se pueden admirar en un crucero, acurrucado en uno de los barcos de la ciudad, donde podrá admirar las magníficas fachadas de la ciudad.

En realidad su nombre no tiene nada que ver con hechiceras de sombrero de pico y escoba para volar, sino que es una traducción hispanizada de la palabra "Burges", que significa puentes en flamenco (la lengua local). Le han llamado así porque sin éstos sería imposible llegar de un lado al otro de la ciudad. Además, le han dado un aspecto más que encantador, ¡te apetecerá tomarte fotos en casi todos!

La reputación de la ciudad está bien consolidada. Al borde del agua, descubrirás una espléndida arquitectura gótica que te sumergirá en otra época, acompañado por majestuosos barquitos que recorren tranquilamente el agua en este marco espectacular.

El Beguinage también es visita obligada durante tu estancia. Estas casas blancas son los restos de un movimiento de monjas que comenzó en el siglo XII y se extendió por Bélgica y Holanda.

La ciudad de los enamorados, Brujas, con su rica historia y patrimonio cultural, también está abierta a las familias que deseen viajar con niños de todas las edades. El centro de la ciudad es principalmente peatonal, lo que permite a los más pequeños desplazarse con total seguridad. Brujas también cuenta con un gran número de museos, y seguro que podrán interesar e introducir a sus pequeños en la historia de la ciudad y del país. Desde museos clásicos como el Groeninge, donde podrán aprender todo sobre el movimiento primitivo flamenco, hasta otros más inusuales como el Museo de las Patatas Fritas, el Chocolate, la Cerveza y la Tortura (aunque no es muy recomendable con niños pequeños), hay no menos de quince museos abiertos todos los días del año para enseñarle más sobre los secretos del patrimonio belga.