Descubra la montaña sagrada de Tindaya en Fuerteventura

Tindaya es un volcán situado en el noroeste de la isla de Fuerteventura. Se trata de un pico de forma única que destaca entre los demás relieves más bien puntiagudos de la isla. El volcán Tindaya se considera de tipo peléico y no tiene erupciones. Su roca es de color gris-marrón, con reflejos rojizos debidos a los óxidos de hierro presentes en la formación geológica. La cima del volcán se encuentra a casi 400 metros sobre el nivel del mar.

Antes de que los colonos llegaran a las Islas Canarias, los indígenas llamaban a Tindaya la Montaña Sagrada. Los científicos han descubierto casi 300 grabados simbólicos, conocidos como petroglifos.

Todos estos grabados rupestres apuntan hacia el oeste, hacia el pico del Teide, en la isla de Tenerife. Considerado el hogar del dios del volcán de los guanches, el pueblo indígena de Canarias, el volcán Teide es visible en un día despejado desde la cumbre de Tindaya. Los arqueólogos también han encontrado viviendas en cuevas, una necrópolis y numerosas conchas traídas de la costa.

Al parecer, Tindaya era un lugar de culto para los guanches. Más intrigante aún, se especula con la posibilidad de que se realizaran sacrificios humanos... Desde los guanches, los españoles también han escrito historias sobre la montaña de Tindaya, hablando de brujas y maldiciones. Parece que Tindaya siempre ha poseído un aura especial que tiende a embriagar a los lugareños... Sea como fuere, la montaña fue declarada reserva natural en 1987 por el gran valor geológico y etnográfico de su roca.

El pueblo de Tindaya se encuentra a los pies del volcán del mismo nombre. Es un pueblo pequeño, de apenas 600 habitantes, pero que no por ello deja de tener cierto interés, gracias a la montaña que se eleva sobre el pueblo y a su arquitectura típicamente canaria.

A lo largo de las calles del pueblo, los cactus y las casas blancas conducen a pequeños restaurantes, galerías de arte y hoteles. La Ermita de Nuestra Señora de la Caridad es un pequeño edificio religioso. Su única nave está dominada por un hermoso campanario de piedra volcánica, y su fachada está espectacularmente decorada con grandes bandas de pintura negra.