El pulso de Madrid está en Plaza Mayor

Cuando Madrid fue elegida capital de España, la necesidad de crear una auténtica Plaza Mayor era evidente. En 1577, el rey Felipe II encargó al arquitecto Juan de Herrera que convirtiera la antigua Plaza del Arrabal en la emblemática Plaza Mayor que hoy conocemos. Las obras de remodelación tardaron cuatro décadas en comenzar, en 1617, durante el reinado de Felipe III, cuya estatua ecuestre de bronce adorna la plaza, que le encargó el proyecto de renovación al arquitecto Juan Gómez de Mora. Terminada en 1619 e inaugurada en 1620, fue objeto de importantes reparaciones bajo la dirección del arquitecto Juan de Villanueva tras los violentos incendios de 1792.

La Plaza de Mayor está concebida como un espacio rectangular, rodeado de soportales con diez puertas de acceso en arco, cada una con su propia historia y finalidad, como la que da acceso al barrio de La Latina. Totalmente peatonal, alberga magníficos edificios madrileños, como la Casa de la Panadería y la Casa de la Carnicería.

La Plaza Mayor tiene más de cuatro siglos de historia, a lo largo de la cual esta imponente plaza madrileña ha recibido un total de cinco nombres diferentes en función de los acontecimientos del momento: la Plaza del Arrabal, la Plaza de la Constitución en 1812, la Plaza Real durante el reinado de Fernando VII, la Plaza de la República en 1873 durante la primera República de España y, finalmente, la Plaza Mayor, cuyo nombre aun guarda.

Todos los arcos de la Plaza Mayor de Madrid llevan nombres que rinden homenaje a la historia de la ciudad. Entre ellos se encuentran el Arco de Cuchilleros, el Arco de la Sal, el Arco de Paños (hoy desaparecido) y el Arco de Botoneras, que representan a los distintos gremios de la época, centrales para la próspera economía del reino.

Los otros siete arcos simbolizan acontecimientos y lugares históricos de Madrid, como el Arco del Triunfo, el Arco de Ciudad Rodrigo, el Arco de Felipe III, el Arco de la Calle Zaragoza, el Arco de la Calle Toledo (para destacar el camino que conducía a Toledo), el Arco de la Calle Gerona y el Arco de la Calle 7 de Julio.

Aunque la Puerta del Sol es la plaza más concurrida del corazón del Madrid de los Austrias, la Plaza Mayor sigue siendo un lugar de encuentro muy popular. Durante los meses de verano, se puede disfrutar de un café al sol con los amigos, rodeado de los artistas callejeros que animan la explanada. En diciembre, se engalana con suntuosas decoraciones y acoge el magnífico Mercado Navideño de Madrid.

Las tiendas con sus elegantes fachadas antiguas, las joyerías y los cafés y bistrós cobijados bajo los arcos de la Plaza Mayor también atraen a muchos visitantes, todos los días y en todas las épocas del año. También encontrarás otros lugares de interés a pocos metros de la plaza, como la Puerta del Sol, el Palacio Real y el Mercado de San Miguel.

Una vez en la Plaza Mayor de Madrid, dedica un tiempo a admirar la Casa de la Panadería, actual sede de la Oficina de Turismo de Madrid. La fachada de este notable edificio madrileño está decorada con murales del artista Carlos Franco y luce en su centro el escudo de España.

El otro gran monumento de la plaza es, sin duda, la antigua Casa de la Carnicería, situada justo enfrente de la Casa de la Panadería. Este soberbio edificio, que hoy alberga un hotel de 4 estrellas, es testigo del rico pasado de la capital.

Por último, el otro emblema de la Plaza Mayor es la estatua del rey Felipe III, que se alza en el centro de la plaza desde 1848.