Nice: La joya mediterránea de los 1001 colores

Situada entre Cannes y la frontera italiana, la famosa ciudad mediterránea de Niza se extiende idealmente entre el mar y la montaña. La ciudad cultiva las paradojas y oscila entre la tradición y el glamour. No es de extrañar que sea uno de los destinos favoritos de los turistas. Largas y elegantes avenidas, románticascalles adoquinadas y un clima agradable... La capital de la Costa Azul tiene todo lo necesario para atraer a los visitantes.

Un colorido centro urbano, un carnaval festivo y un pintoresco paseo marítimo... ¡La UNESCO se ha hecho con la joya de la Costa Azul! Situada en los Alpes Marítimos, entre las aguas del Mediterráneo y las cumbres de los Alpes, Niza es un destino de elección. Su estilo de vida relajado, sus bonitas playas y su magnífica arquitectura atraen cada año a turistas de todo el mundo.

Niza, la más italiana de las ciudades de la Costa Azul, está orgullosa de sus raíces mediterráneas. Esta pequeña y acomodada ciudad goza de un alto nivel de vida y es un lugar popular para los paseantes. Niza no sólo posee un legendario paseo marítimo (muy romántico al atardecer, todo hay que decirlo), sino también un centro histórico, el Vieux-Nice, donde es agradable pasear por sus callejuelas medievales, animadas por el espíritu festivo de los estudiantes que lo frecuentan.

Considerada la Florida de Francia por el gran número de personas mayores que deciden hacer de ella su hogar para disfrutar del clima soleado, Niza tiene en realidad un lado chispeante y juvenil. Situada no lejos del mar, la Vieux Nice, cuyo aroma sólo se percibe en los días de viento, es un laberinto de calles empedradas, edificios antiguos y pequeñas boutiques de artesanía y diseño ultramoderno. La riqueza de la ciudad se refleja también en la amplia oferta de restaurantes y hoteles, algunos de ellos especialmente lujosos.

Como la paleta del deslumbrante Matisse, que vivió aquí hacia 1917, toda Niza es un espectáculo pictórico de fuegos artificiales. Desde las fachadas de la Niza antigua, donde el amarillo ocre se vuelve rojo en pocos metros, pasando por el gusto ornamental del siglo XVII que cubre los muros con frisos de colores y otras esculturas, hasta los numerosos mercados (flores, pescado, frutas y verduras) donde los colores se mezclan con los olores, pasando por el carnaval y sus explosiones de naranja y amarillo, ¡el color está en todas partes!

Dentro de Niza, encontrará el castillo, la catedral barroca de Sainte Réparate y la plaza Masséna, centro neurálgico de la ciudad, realzada por las fachadas rojas que la rodean. Fuera de esta zona, la Promenade des Anglais se extiende a lo largo de la Baie des Anges, ofreciendo una vista panorámica y atrayendo la atención de todos. Con sus 19 museos y galerías, Niza cuenta con el mayor número de museos después de París.

Platos regionales como el pan bagnat, la socca, la pissaladière y la salade niçoise, así como las aceitunas, las anchoas y el daube, son en sí mismos obras maestras de color que hacen brillar los ojos de los comensales. Las especialidades se cocinan siempre a la manera tradicional, ya sea en el mercado de Cours Saleya o en los establecimientos más conocidos, como René Socca, Chez Pipo o Chez Theresa.