


Un bonito establecimiento en este barrio cuya animación te puede encantar o cansar. Un lugar a la vez sencillo y clásico.
- Cultura
- Animación
Un bonito establecimiento en este barrio cuya animación te puede encantar o cansar. Un lugar a la vez sencillo y clásico.
El hotel está en un barrio estudiantil de París, cercano a la Universidad de París-La Sorbona. En las proximidades del hotel hay montones de restaurantes y bares; fácilmente podrás ascender por la Montagne Ste Geneviève para plantarte en uno de los lugares más famosos del barrio latino, el Panteón. Si sigues un poco más lejos, llegarás al jardín más bonito de París, el Luxemburgo. El hotel está situado en un bulevar muy concurrido. Una posibilidad es ir en el tren de cercanías RER desde la estación Luxemburgo o si no se puede ir al metro más cercano, Maubert Mutualité.
Las 43 habitaciones del establecimiento se reparten en dos categorías: estándar y superior. Nosotros visitamos una habitación de esta última categoría. Es un poco más grande que las habitaciones de la categoría estándar. Las de las esquinas son especialmente encantadoras, con grandes ventanales luminosos y un parapeto para acceder al balconcillo. Hay que recordar, sin embargo, que la habitación da a un bulevar muy concurrido y ruidoso. Hay algunos cuadros en las paredes y la decoración, de bonitos materiales, es sencilla pero muy lograda. El aire acondicionado es individual, el minibar está lleno y el Wifi es gratuito. Los cuartos de baño son muy bonitos y disponen de ducha o de bañera.
La elegante escalera que sube a las plantas, frente a la entrada, se extiende desde la recepción. La decoración es cuidada, con un gran salón con sillones de cuero para descansar unos minutos que ofrece una buena alternativa a la habitación. Las plantas aportan color y frescura a esta decoración clásica y cuidada. El salón del desayuno del sótano está bien acondicionado, bajo bóveda, con un fresco pintado que adorna la pared del fondo.
sauna
gimnasia
Un establecimiento serio, con habitaciones convencionales.
Una modernización progresiva que no acaba de terminar.
El Vendôme es un hotel sencillo y sin encanto, con una decoración nada remarcable. Sin embargo, se encuentra en un barrio de primera, cerca de lugares para salir y de monumentos.
Situado a unos pasos del Arco de Triunfo y de los Campos Elíseos, un hotel discreto de personal amable, en pleno corazón de un barrio muy parisino.
De apariencia muy refinada y delicada, el hotel sufre una decoración y un ambiente poco natural, de falsa intelectualidad.
Este hotel ofrece buenas prestaciones en un marco a la vez moderno y retro, en pleno corazón del barrio latino donde no faltan la animación ni los restaurantes.
Un trato de reyes en el que es posible cocinar.
Un establecimiento muy bueno a pesar de que las habitaciones son pequeñas.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.