


Este hotel ofrece buenas prestaciones en un marco a la vez moderno y retro, en pleno corazón del barrio latino donde no faltan la animación ni los restaurantes.
- Animación
- Bien situado
Este hotel ofrece buenas prestaciones en un marco a la vez moderno y retro, en pleno corazón del barrio latino donde no faltan la animación ni los restaurantes.
El hotel está en un barrio estudiantil de París, cercano a la Universidad de París-La Sorbona. En las proximidades del hotel hay montones de restaurantes y bares; fácilmente podrás ascender por la Montagne Ste Geneviève para plantarte en uno de los lugares más famosos del barrio latino, el Panteón. Si sigues un poco más lejos, llegarás al jardín más bonito de París, el Luxemburgo. Una posibilidad es ir en el tren de cercanías RER desde la estación Luxemburgo o si no se puede ir al metro más cercano, Maubert Mutualité.
Las 39 habitaciones se reparten en 2 categorías: estándar y superior. Son de tamaño convencional, igual que la cama. La decoración es cuidada y la moqueta, original. Una estructura de madera enmarca la cama y permite a los clientes colgar sus efectos y ordenar el resto de cosas en los dos baúles colocados a cada lado de la cama. Las habitaciones sobre el patio interior tienen las vistas tapadas, a menos que estén en una planta elevada. El aire acondicionado es individual, el Wifi es gratuito, el minibar está lleno y el televisor de pantalla plana está conectado a la televisión por satélite. No hay servicio de habitaciones. Los cuartos de baño se renovaron recientemente y están muy logrados, con bañera o ducha.
Desde el exterior, el hotel se ve muy florido. Una vez en el interior, las plantas forman parte integral de la decoración, que combina un mobiliario retro y moderno. El vestíbulo es espacioso y conserva cierta intimidad y comodidad. Se ha construido un pequeño patio interior, al que no se puede acceder para desayunar, que está decorado por completo y tiene un gran ventanal que da a la recepción.
EPA, baño turco
Un bonito establecimiento en este barrio cuya animación te puede encantar o cansar. Un lugar a la vez sencillo y clásico.
Un establecimiento serio, con habitaciones convencionales.
Una modernización progresiva que no acaba de terminar.
El Vendôme es un hotel sencillo y sin encanto, con una decoración nada remarcable. Sin embargo, se encuentra en un barrio de primera, cerca de lugares para salir y de monumentos.
Situado a unos pasos del Arco de Triunfo y de los Campos Elíseos, un hotel discreto de personal amable, en pleno corazón de un barrio muy parisino.
Precioso hotel con un estilo Belle Époque y un fuerte acento romántico. En él reina un encanto antiguo. Espléndidas vistas de numerosos monumentos importantes.
Un trato de reyes en el que es posible cocinar.
Un establecimiento muy bueno a pesar de que las habitaciones son pequeñas.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.