


Un establecimiento tranquilo, sin grandes pretensiones pero con habitaciones espaciosas.
Un establecimiento tranquilo, sin grandes pretensiones pero con habitaciones espaciosas.
12/20
Dentro del cuadrado que forman las calles Plantes, Alesia, Didot y Pernety, se esconde un tranquilo y aireado espacio formado por pequeños edificios. Este ambiente pueblerino se hace realidad en la plaza Flora Tristán. El hotel es un refugio para dormir tranquilo sin dejar de estar cerca de la actividad y de los comercios: las tiendas de la calle Alesia y la vida de barrio de Pernety están a no más de algunos cientos de metros. Su ubicación lo convierte en una buena opción también para quienes se dirigen a la Puerta de Versalles. Además, las líneas 13 y 4 permiten llegar rápidamente al centro de la capital.
Aún falta renovar algunas habitaciones. No obstante, todas tienen una ventaja considerable: su superficie. En las habitaciones que ya han sido modernizadas se aprecia una buena renovación de las pinturas y de los edredones. Se han escogido tonos azules y blancos que reavivan el estilo. La vieja televisión de tubo catódico dejó paso a la televisión digital por cable y a un paquete de canales vía satélite. Confortable cuarto de baño. El único reproche: las luces de neón, que no resultan para nada agradables al despertar.
El hotel tiene una bella fachada y ocupa un edificio de cuatro pequeñas plantas ubicado en una calle con circulación muy restringida (una ventaja para las habitaciones de planta baja). Trato joven y cordial. No se han dedicado grandes esfuerzos al vestíbulo, pero por lo menos hay dos amplios sillones de cuero y una televisión de pantalla plana. Detrás de esa zona, está la sala de desayunos, que no cuenta con luz natural pero ofrece café y té durante todo el día.
salón de belleza, baño turco
hotel simple mais chambre assez petites et non climatisée en particulier sur les toits
pas trop loin du métro et quartier très tranquille
manque d'espace en particulier dans la salle du petit déjeuner
Ubicado en una calle tranquila del distrito 14, un dos estrellas que prepara su revolución.
Este establecimiento que durante nuestra visita estaba siendo renovando, ofrece habitaciones familiares con estilo y originales.
Se trata de un hotel de categoría estándar con una ubicación estratégica, entre la Porte d'Orléans y la Gare Montparnasse.
El estándar de los dos estrellas de Accor, cercano a Montparnasse y a la Porte d'Orléans.
Un hotel lejos del centro y de los puntos de interés parisinos, pero con una decoración en las habitaciones muy contemporánea, llena de color, de fuerza, de alegría de vivir.
Este agradable hotel de tres estrellas, sin historia, posee un elegante estilo que recuerda a la Francia de otros tiempos. Las habitaciones clásicas, típicas de un buen padre de familia o de un yerno ideal, se alejan de los actuales estándares de decoración de moda.
Se trata de un hotel correcto. El trato es personalizado gracias a la simpática pareja de propietarios.
Entre Alesia y Pernety, un establecimiento al que le vendría bien un lavado de cara.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.