Hay dos lugares para retomar energías: la sala del desayuno y el B.A Bar, abierto desde las 10:00 h y hasta medianoche. Ambos presentan líneas agradables y una decoración moderna. Sin embargo, el espacio reservado a la sala del desayuno (transformada a partir de las 10:30 h en el Bel-Ami café) es nuestra preferida. Imagina una sala longitudinal, pero sin perjudicar la amplitud y grandes cristaleras que se abren a la calle Saint-Benoit, dejando entrar así la luz natural. Añade a esto mesas de líneas cuadradas, que se alejan años luz del anonimato de algunos restaurantes; y colores verdes y rojos en un elogio a la manzana, símbolo de Normandía, región de procedencia del escritor Maupassant (¡sí, él una vez más!). Entre el mostrador, digno de las brasserie tradicionales, y las alcobas más privadas, el espacio del desayuno encuentra una armonía adecuada, subrayando la ventaja, muchas veces olvidada, de encontrarse en un lugar agradable a primera hora de la mañana. El buffet del desayuno se combina, obviamente, con un menú "americana" claramente más similar al "brunch" que al café con croissant a la italiana. Puedes esperar por tanto especialidades dulces y saladas, huevos, embutido, pan de varios tipos, yogur, fruta, zumos de fruta, cereales, etc.
El café Bel-Ami es simétrico al B.A Bar, en las cercanías inmediatas del vestíbulo. Si las pequeñas manzanas a modo de adorno decorativo recuerdan, una vez más, al escritor francés, el B.A. Bar tiene un carácter claramente moderno. Te acomodarás en sillones de rincón, como pequeñas alcobas o divanes mullidos, para picar algo o beber un cóctel de una forma totalmente distendida. La única pega, siendo exigentes, es que no dispone de luz natural ni de vistas. Actuando a modo de "restaurante" del hotel se pueden pedir, durante todo el servicio, platos de brasserie, muy bien presentados; un club sandwich de sabores mediterráneos, el tradicional "croque monsieur" modernizado, algunas ensaladas de colores frescos con espinacas y tomates secos, siguiendo la receta preferida de Maupassant (según la dirección)... además de uno o dos platos calientes (¿carne o pasta?). A estos se añaden, para los golosos, postres del pastelero La Durée, conocido sobre todo por sus macarons. Sin embargo, la fama del B.A Bar se debe, por encima de todo, a sus cócteles: ocupan un lugar de honor los alcoholes de manzana, como era de esperar, como el Calvados y la sidra. El director del bar da rienda suelta a la fantasía, renovando recetas más tradicionales con gusto normando. ¿Has probado un mojito a la sidra? Ahora ya sabes dónde puedes hacerlo, en Saint-Germain des Près.