Este hotel íntimo cuenta con 37 habitaciones. Su mobiliario, sofá, sillón y escritorio, fue realizado por el arquitecto en un estilo elegante, muy futurista y muy logrado. Igual que en la planta baja, las habitaciones tienen mucha personalidad. Los techos son muy originales, todos de color tilo o naranja que se reflejan sobre las paredes blancas y rompen así la aparente frialdad. Hay dos categorías de habitaciones: estándar y superiores, estas últimas un poco más grandes con capacidad para acoger a una tercera persona. La decoración es muy sobria y todas son bastante parecidas con tonos que mezclan la madera y matices de gris moderno. El hilo conductor del hotel es el metal y en las habitaciones lo encontramos en algunos elementos decorativos como las lámparas, los marcos de los espejos o las estructuras para deslizar las puertas de los cuartos de baño. Éstos están fabricados con materiales brutos y sólidos, como suelos de pizarra y lavabos de mármol. Se trata de un hotel excepcional, moderno, con mucho encanto, construido con materiales únicos. Desde el punto de vista práctico, las habitaciones disponen de secador de pelo que no está aferrado a la pared, wifi gratuito, climatización, caja fuerte y minibar.