

Un pequeño hotel modesto, antiguamente de tres estrellas, que necesitaría una reforma urgente. Solo cuenta con lo básico.
Un pequeño hotel modesto, antiguamente de tres estrellas, que necesitaría una reforma urgente. Solo cuenta con lo básico.
La gran ventaja es que el Central está a pie de metro, línea 4, en la estación de Château d'Eau. Está muy cerca de las estaciones del Norte y del Este, y también a tan solo unos minutos del centro de la capital. El entorno es muy popular y, a ciertas horas de la noche, poco atractivo.
El Central dispone de 41 habitaciones. La decoración y el estado general de las habitaciones son más interesantes de lo que el hotel en general podría hacer pensar. Son todas iguales y están decoradas con colores violetas, alegres y llamativos. Aunque tampoco es para rebosar de buen humor. El mobiliario es de los años sesenta, de fórmica con líneas angulosas en tonos de madera oscura. El único atractivo es el suelo cubierto de parqué. En los televisores de pantalla solo se ven los canales franceses. Cuartos de baño básicos. En resumen, no se puede decir que este pequeño hotel tenga el más mínimo encanto.
Está en un edificio muy viejo y su único toque original es la sala del desayuno, situada en un sótano abovedado. En cuanto al resto, hay un salón con televisor al lado de la recepción, invadida de maletas. No hay conexión a Internet en las habitaciones, pero hay un ordenador de pago a disposición de los clientes, confinado en un rincón estrecho del vestíbulo de entrada. Se puede acceder a las habitaciones de este hotel, situadas todas en planta, por un minúsculo ascensor. Aconsejable únicamente para los turistas con presupuesto muy ajustado, ya que el conjunto es polvoriento y anticuado.
baño turco
superbe hotel de bon rapport qualite pris
prix confort
bruit
Para los incondicionales de la cadena.
Un hotel desigual, con unas magníficas habitaciones renovadas con un estilo moderno y unos cuartos de baño con mucha clase, pero con unas zonas comunes y otras habitaciones realmente anodinas, tristes y anticuadas. Tendrás que elegir bien la habitación.
Un hotel muy sencillo, con una decoración demasiado clásica. Este tres estrellas merecería un poco más de personalidad.
Un buen hotel para alojarse en París, con encanto y muy bien situado.
Pequeño hotel de una estrella, sin ningún encanto, con unas habitaciones básicas y unos azulejos un poco extraños en las paredes. Te recibirán muy amablemente.
Los precios abusan un poco de la situación de proximidad respecto de las estaciones del Este y del Norte.
Hotelito muy sencillo, sin mucho encanto ni una bonita decoración, con unas habitaciones funcionales y no demasiado caras.
Precioso hotel de inspiración ecológica. Recientemente se ha renovado la decoración de las habitaciones con materiales naturales y brutos que le dan al cliente la sensación de dormir en un nido zen, en un lugar en comunión con la naturaleza.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.