


El Chomel, que tiene la ventaja de estar en un buen barrio, necesitaría una buena reforma en las habitaciones y en las zonas comunes.
- Bien situado
El Chomel, que tiene la ventaja de estar en un buen barrio, necesitaría una buena reforma en las habitaciones y en las zonas comunes.
El animado cruce de Sèvres-Babylone permite disfrutar, para empezar, de muchas tiendas y también del famoso Bon marché. Este establecimiento también cuenta con la facilidad de acceder a pie y rápidamente a Saint-Germain-des-Prés o a las orillas del Sena. El museo Maillol, el museo Rodin y el museo d'Orsay son las citas culturales más próximas. Y finalmente, subiendo por la calle de Cherche-midi, encontrarás una nada despreciable variedad de restaurantes.
El Chomel tiene 23 habitaciones con una capacidad total para 60 personas. El mantenimiento no está a la altura de la categoría del hotel. Por ejemplo, las grietas del techo, la pintura de los zócalos y las pantallas de las lámparas necesitarían una buena puesta a punto. La limpieza de los cuartos de baño es correcta. En cambio, las personas sensibles al ruido notaran la falta de doble acristalamiento.
La última gran reforma del Chomel fue en el año 2000. Sin embargo, la dirección intenta conservar el establecimiento con obras mínimas, la última de las cuales fue en el hueco de las escaleras. El vestíbulo y la sala del desayuno tienen un tamaño correcto, aunque sin nada a destacar en cuanto a decoración. En cuanto a servicios, se agradece la conexión Wifi, los periódicos gratuitos y el servicio de lavandería.
EPA
Bon Petit hôtel sympa. Bien en rapport qualité-prix. Parking souterrain pour se garer assez proche
Localisation proche de beaucoup de chose. Patron très sympathique.
Petit dej simpliste.
Una institución histórica, cultural y estética, no hay otras palabras para describir el Lutetia, al menos según los parisinos de nacimiento o de adopción. Histórico y realmente emotivo, ya que este magnífico edificio Art Déco de principios del siglo XX fue el cuartel general del ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial, para luego convertirse en el Centro de Acogida y Búsqueda de los Judíos supervivientes de los campos de concentración. Cultural porque el Lutetia se inscribe totalmente en la Orilla Izquierda, con su efervescencia literaria y jazz. Estético ya que el espléndido edificio de 1907, totalmente Art Déco y afortunadamente declarado monumento histórico, es una joyita arquitectónica hacia la que todos los transeúntes levantan la mirada para admirar las opulentas bóvedas Belle Époque mezcladas con la despreocupación de los Años Locos.
Un hotel con encanto... en un barrio con encanto.
Un tres estrellas-restaurante que presenta una limpieza irreprochable y está ubicado en el cruce de Raspail-Saint Germain. El estilo no es una maravilla, pero dispone de los servicios esenciales.
Embarque una noche a bordo del Sèvres-Babylone en compañía del famoso aviador que ha dado su nombre a este hotel.
Arquitectura y arte son los pilares de este hotel con encanto
Grandes hechos, experiencias increíbles, personas que han hecho leyenda, todo ello se ha desarrollado en el hotel Duc de Saint Simon, complejo hotelero con una larga trayectoria, que ha albergado en su interior historias y personas de las que se podría hablar en los libros. El hotel transmite un clima muy acogedor y familiar que complace a todo aquel que lo visita, gracias a un estilo muy particular. Con una decoración muy refinada, que nos transporta a otra época y que nos recuerda un estilo aristocrático propio del siglo XVIII, el alojamiento consigue que todo aquel que se hospeda en él experimente una sensación especial. Te sentirás como en casa en este hotel de pequeñas dimensiones pero muy encantador, donde sus 17 empleados te brindarán un trato muy próximo.
Este es un hotel aceptable, aunque se podrían hacer varios esfuerzos en cuanto a la decoración. El trato es digno de aprecio.
Al lado de Bon Marché, frente a uno de los emblemas de la elegancia de la Orilla Izquierda, dejando a un lado la Torre Eiffel, el Saint Placide es un hotelito de diseño al que le gusta definirse como "literario". De hecho, la literatura no pinta nada, o casi nada, a no ser la proximidad de Saint-Germain-des-Prés y de sus editoriales. En realidad, el hotel se caracteriza más por su estilo contemporáneo, como cualquier hotel-boutique que se precie. Pequeño, íntimo, casi secreto teniendo en cuenta su situación en una calle lateral, lo aconsejamos más a las parejas que a las familias. Situado frente a uno de los principales grandes almacenes parisinos, cerca de las Galerías Lafayette y Printemps, el hotel atrae a una clientela femenina, que visita París para irse de compras.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.