


La buenísima relación encanto-precio compensa la escasez de prestaciones.
La buenísima relación encanto-precio compensa la escasez de prestaciones.
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El hotel se encuentra al pie de la loma que sube a Pigalle en dirección a Montmartre, también a medio camino del bullicio frenético de los grandes bulevares. El Hotel Corona Rodier también está cerca de la estación del Norte y de la línea RER B, en la carretera de los aeropuertos de París y del Parque de Exposiciones de Villepinte. Se ubica en una calle tranquilla, en las cercanías de la cual encontramos numerosos comercios y los placeres de la noche típica del distrito IX: teatros, discotecas, cabarets, etc. El metro mas cercano es Cadet o Notre-Dame de Lorette.
La principal ventaja de este establecimiento son sus 38 habitaciones, amplias. Con el encanto de lo antiguo, el parquet cruje bajo la moqueta, se han conservado las antiguas chimeneas, se han dejado encima los grandes espejos...¡Menudos techos más altos! No se puede decir que la decoración esté cuidada, ya que es casi inexistente. Parece que el entorno les ha parecido suficiente. El tamaño del cuarto de baño no está mal, tiene secador de pelo y bañera. Desafortunadamente, la televisión de pantalla plana parece muy pequeña en semejante espacio, sin embargo está conectada al satélite. Tienen minibar, vacío, y el servicio de habitaciones y la wifi son de pago. A pesar del aspecto básico del lugar, las tarifas son muy razonables para esta categoría, por eso el hotel Corona Rodier ofrece una excelente relación encanto-precio.
El hotel es un edificio antiguo típicamente parisino. Sin embargo, lo están modernizando. El vestíbulo se ha modernizado, ahora es elegante, con lámparas de araña, sofás y mobiliario de diseño, colores llamativos, etc. De todos modos se conserva perfectamente el toque parisino. El vestíbulo es grande e íntimo al mismo tiempo. Una pantalla plana cuelga de la pared. El suelo es de mármol, reforzando el ambiente refinado. Sin embargo, todavía se necesitan algunos toques de renovación. Cajero automático a disposición.
salón de belleza, baño turco
HOTEL TRES PROPRES,BIEN SITUE,ACEUIL PARFAIT
BIEN SITUE, TRES BON ACEUIL,TRES PROPRES.
PETITS DEJEUNERS LEGERS.
Un establecimiento con encanto y una excelente relación calidad-precio
Un hotel intimista al que no le falta encanto.
Un 3 estrellas de barrio con precios razonables.
Un bonito tres estrellas con zonas comunes neobarrocas espléndidas y con mucho encanto. Habitaciones más convencionales pero muy refinadas.
Agradable hotel con decoración marina y espacios comunes muy logrados. Las habitaciones se dividen en dos temáticas de color, a cuál más acogedora.
Encantador hotel de 3 estrellas de barrio.
Dos estrellas que valen tres en la medida en que han cuidado la decoración de las habitaciones. Muchos estilos diferentes y materiales y colores modernos, en un espíritu neobarroco muy delicado.
Un flechazo de fantasía en pleno distrito 9
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.