


Un bonito y pequeño hotel de gran sobriedad, con habitaciones simples, sin extravagancias en la decoración, pero con un innegable encanto. Por otra parte, la historia del hotel resulta cautivante y no dejará de interesar a los más curiosos.
Un bonito y pequeño hotel de gran sobriedad, con habitaciones simples, sin extravagancias en la decoración, pero con un innegable encanto. Por otra parte, la historia del hotel resulta cautivante y no dejará de interesar a los más curiosos.
Este hotel goza de una ubicación privilegiada en pleno barrio Latino, donde todo parece accesible, con las más bellas curiosidades de París a sus puertas. Está enclavado en un barrio joven, estudiantil, pero que es, al mismo tiempo, un barrio histórico con gran cantidad de monumentos cerca o a corta distancia. La universidad de la Sorbona se extiende prácticamente bajo las ventanas del hotel. Hay numerosos institutos, bibliotecas y escuelas de nivel superior, templos del saber que atraen a gran cantidad de estudiantes por las callecitas de los alrededores, promesas de una vida muy agitada. El barrio tiene incontables restaurantes, bares, bistrós y pubs. Las calles Montagne Sainte-Geneviève y Mouffetard lo confirman. Aquí no es necesario ir lejos para entusiasmarse con la diversión y perderse en horas de fiesta. Los más bellos monumentos de París están a unos pasos: el Panteón y sus Grandes Hombres; un poco más allá, la Isla de la Ciudad y la catedral de Notre-Dame. Del otro lado del Sena, es sencillo llegar al centro de la ciudad y a Châtelet en metro o en autobús y, desde allí, visitar todos los monumentos que atesora París. El Marais, la calle Rivoli y el Louvre te esperan. Si deseas realizar un un paseo corto, puedes visitar dos inmensos parques que están justo al lado: los jardines de Luxemburgo y Plantes.
Las habitaciones del hotel son bastante pequeñas, pero están muy bien acondicionadas, aprovechando los contrastes de colores entre las moquetas rojas y los muy elegantes edredones en combinación de blanco y crema. El dueño del hotel se esmera por conservar un ambiente más familiar que moderno en su establecimiento. Por eso, aunque la decoración es contemporánea, no llega a ser de tendencia ultravanguardista. El mobiliario de madera, por lo general blanco, es muy simple, minimalista. Las cortinas de las habitaciones presentan un toque de color un poco diferente en cada una de ellas. Un encantador tesoro se esconde en las alturas del edificio: se han acondicionado dos espléndidas habitaciones bajo los techos, justo debajo de las cubiertas abuhardilladas con varias pendientes y bajo una muy antigua y majestuosa estructura de madera vista. Es el tipo de habitaciones que los entendidos y los clientes habituales reservan con meses de anticipación. Este hotel es, sin lugar a dudas, un lugar acogedor y, a la vez, sobrio. La televisión transmite canales internacionales, señales digitales y Eurosport. Hay conexión WiFi (de pago) en todas las habitaciones.
El edificio es muy antiguo, existe desde el siglo XVIII. Su historia es apasionante. En el siglo XIII, el colegio de Cluny, uno de los más antiguos colegios de enseñanza superior de Francia, ocupaba el lugar donde hoy se encuentra el hotel. Entre sus paredes, se enseñaba teología y filosofía. Los profesores se alojaban en el lugar que hoy ocupa el Museo de la Edad Media. Ilustres hombres se alojaron en este lugar cuando todavía era un colegio. También ofició de taller para David cuando este pintó La coronación de Napoleón. Un antiguo pozo suministraba agua al edificio y todavía puede verse en el patio del hotel, que está cubierto por una cristalera y ha sido transformado en un pequeño salón. Más cerca de nuestros días, el mundialmente conocido escritor colombiano Gabriel García Márquez escribió, en 1957, en una habitación de este hotel, su famosa novela "El coronel no tiene quien le escriba". No es necesario contar más, ¡el hotel es histórico! Una gran sala de desayunos ocupa toda la esquina del inmueble. Es amplia y confortable, está iluminada por grandes ventanales que dan a la calle.
Hotel très confortable et bien placé dans le quartier latin; accueil agréable; chambres rénovées; bon rapport qualité-prix pour Paris
Emplacement, confort
Rien à signaler de particulier
Rimbaud creó su nido en este hotel, abierto hace más de 150 años. Las habitaciones son pequeñas, sencillas y poco decoradas, pero el mobiliario antiguo le da cierto encanto. Está regentado por una familia y el trato es muy agradable.
Prueba a dormir en una cama con baldaquino en el barrio latino.
El hotel de la Sorbonne, lujoso en todos sus aspectos, está muy bien situado en un barrio animado, cerca de los numerosos monumentos históricos del centro de la ciudad. Aunque lo que más llama la atención del visitante es su decoración de diseño, con un cierto toque de moderno barroco y unas tonalidades sorprendentes y embriagadoras.
Las habitaciones son poca cosa comparadas con el resto del hotel.
Un hotel de 4**** original y de diseño en el corazón del barrio St Michel. ¿Quieres un consejo? ¡No te lo pierdas!
Un 3 estrellas de lujo.
Una apuesta segura en este barrio.
El Cujas Panthéon es un hotel de tamaño mediano situado en un barrio muy joven y dinámico. En los alrededores encontrarás muchos locales para salir a tomar algo y monumentos por descubrir. Algunas habitaciones tienen un ambiente bastante anticuado.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.