


Un hotel sencillo con habitaciones funcionales pero sin encanto. Muy bien situado en pleno centro. Un antiguo bar hace las funciones de sala del desayuno, muy bonito.
Un hotel sencillo con habitaciones funcionales pero sin encanto. Muy bien situado en pleno centro. Un antiguo bar hace las funciones de sala del desayuno, muy bonito.
El hotel está idealmente ubicado en el distrito 1, entre el Louvre, Chatelet y Les Halles. El barrio es muy animado. Desde el hotel se puede ir a pie hasta la Ile de la Cité, cruzando el Pont-Neuf. La catedral de Notre-Dame no está demasiado lejos. Y también desde aquí se pueden dar magníficos paseos para descubrir callejuelas y monumentos del centro de París. El RER A que va a Disney pasa cerca, y la estación de Chatelet está a tres minutos a pie con sus líneas de metro que te llevarán a cualquier rincón de París.
Todas las habitaciones de este hotel de una sola estrella tienen baños minúsculos. Pueden acoger de una a cuatro personas. El mobiliario y el acondicionamiento hacen pensar a una decoración de los años 1970. Las habitaciones disponen de lo mínimo imprescindible: televisión, escritorio y armario. Todas las habitaciones están decoradas de manera algo diferente, pintadas en colores que cambian de una a otra. Tienen un aspecto general bastante limpio. Antes de decidirte por una, trata de ver unas cuantas ya que algunas de ellas son más atractivas que otras con colores más chillones. No disponen de conexión wifi, aunque en el bar de la planta baja donde se sirve el desayuno hay un ordenador con Internet. Trato agradable.
El hotel es sorprendente. Tiene una sola estrella, pero presenta algunos toques originales. La clientela que se aloja en él está compuesta sobre todo por mochileros que buscan habitaciones económicas y a quienes no les importan los equipamientos modernos. Sin embargo, el establecimiento presenta un universo anticuado con encanto. Por ejemplo, el hotel ha comprado el bar de al lado, "le Petit Goulot", lo ha dejado tal cual estaba, rebosante de personalidad de bar de barrio, y ha instalado allí la sala del desayuno. Se trata de una auténtico bar típicamente francés con paredes cubiertas por carteles disparatados, una barra y taburetes altos, mucho mejor que las típicas salas del desayuno que suelen estar en el sótano, en salas abovedadas y oscuras. Aunque esta es la única originalidad que encontramos en este hotelito. El resto es más clásico y nada excepcional.
El Novotel Paris Les Halles está situado en una posición estratégica en el corazón de París, por lo que está perfectamente conectado con los cuatro puntos de la ciudad. Además, está adaptado a las familias.
La arquitectura histórica del Tonic da carácter a sus pequeñas habitaciones, amuebladas a la antigua, en una tranquila calle entre el Ayuntamiento y el Louvre
El Relais du Louvre, pensado especialmente para las estancias en familia, está a dos pasos del museo del Louvre y tiene una decoración acogedora y distendida.
Este hotel, sencillo y cómodo, propone un alojamiento con una ubicación ideal a la cual se añade un pequeño toque de historia.
Con cada una de sus pequeñas habitaciones decorada en los tonos de un famoso pintor, este hotel te sumergirá en un ambiente artístico del que podrás seguir empapándote en el museo del Louvre, que se encuentra casi justo enfrente.
Suntuoso hotel palaciego, con una decoración medieval que le concede al lugar un aspecto de antaño, lleno de gracia y de elegancia.
El Empire Paris goza de una situación óptima, muy cerca del museo del Louvre y de la Comedia Francesa. Es un hotel relativamente reciente, de estilo contemporáneo, impecable, modesto y acogedor.
Este cuatro estrellas se encuentra en un espléndido barrio de París, a la vez animado e histórico. Su decoración completamente refinada con un toque de diseño en las zonas comunes debería contentar a todo tipo de turistas.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.