


Este lugar se parece más a un museo que a un hotel, con todos los objetos y muebles antiguos sacados de Dios sabe qué castillo o vivienda histórica.
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Este lugar se parece más a un museo que a un hotel, con todos los objetos y muebles antiguos sacados de Dios sabe qué castillo o vivienda histórica.
Su nombre viene de la calle Chateaubriand, donde está ubicado. Al Arco de Triunfo y a los Campos Elíseos se llega en pocos minutos. El barrio está lleno de teatros y tiendas para ir de compras. La parada de metro más cercana es George V, de la línea 1, que se dirige a las principales atracciones de la ciudad. Rápidamente podrás llegar a la Défense, a la plaza de la Concordia, a los Jardines de las Tullerías o al Museo del Louvre. Se puede ir al aeropuerto en transporte público y se tarda una hora más o menos, y en taxi hay que calcular una media hora larga.
Las 28 habitaciones del Chateaubriand se dividen en De Lujo, Clásicas y Superiores. Se diferencian entre ellas por las dimensiones y los servicios y todas comparten una cuidada y elegante decoración. Todas las habitaciones son diferentes, pero en todas ellas encontramos el gusto por lo precioso y el refinamiento de un lugar único con elementos sacados de no se sabe dónde. No hay que sorprenderse en las habitaciones De lujo al encontrar un lavabo de mármol italiano o acabados de plata que provienen del Orient Express. También es posible encontrar una lámpara china, un diván de piel o una tapicería de lana en la pared. Las habitaciones son bastante luminosas y están decoradas con esmero en tonos pastel sobrios, como el rosa o el malva. Hay que resaltar que el mobiliario y en general, todos los materiales, son el resultado de una elección estética y de calidad.
El hotel Chateaubriand es una joya llena de tesoros, una obra de arte, un alarde pomposo de una riqueza de coleccionista. Todo está impregnado de lujo y de historia, empezando por las decoraciones del tejadillo encima de la entrada. El más mínimo detalle ha sido elegido de manera meticulosa por anticuarios contratados para este efecto, todos tienen un origen preciso y una razón de ser en el conjunto de la decoración. El director general de las continuas obras de mantenimiento y enriquecimiento es el mismo propietario. Tiene unos treinta años y compró la estructura hace unos cuatro años para convertirla, parece ser, en un espacio en el que poder dar rienda suelta a su imaginación creativa sin importarle los gastos y cuyo resultado ha sido de una belleza opulenta. Para hacerse una idea: en el salón al lado de la entrada se ha bordado la tapicería en seda, la biblioteca contiene los clásicos franceses en ejemplares que datan del siglo XIX y el parqué proviene directamente de un viejo castillo inglés. Pero hay más: el vestíbulo, inmenso y luminoso, está agradablemente adaptado a las exigencias de los clientes que pueden leer la prensa internacional y está acondicionado con una lámpara veneciana y una ventana circular que provienen del palacio de Versalles. La escalera que conduce al subsuelo, donde se encuentra la sala del desayuno, está bordeada por una antigua rampa recuperada de no se sabe donde que necesitó 278 horas de trabajo de modificación para adaptarse a las dimensiones actuales. La alfombra que cubre los escalones proviene del palacio del Elíseo. Durante nuestra visita, en primavera de 2009, el patio se estaba renovando: en esos momentos, el propietario tenía proyectos visionarios de futuro para este espacio del hotel. Aquí va una propuesta divertida para pasar el tiempo: buscar por los rincones más improbables el dibujo de una mariposa pintada al temple sobre el parqué y disimulada bajo la alfombra, o figuras humanas pintadas por los lugares más inverosímiles.
El hotel Chateaubriand no tiene restaurante, pero el servicio de habitaciones funciona las 24 horas. La sala del desayuno merece una visita: en el vestíbulo, una escalera adornada con una antigua rampa y una alfombra roja procedente de las escaleras del Elíseo, conduce a un gran salón que se complementa con un patio exterior, el cual estaba en obras de renovación durante nuestra visita. Las paredes están revestidas con una bonita tapicería de rayas y la iluminación, en parte artificial, está bien estudiada. El lugar está adornado con ramos de flores frescas sobre los muebles y las mesas. Todo en este lugar está pensado al milímetro. Las sillas, por ejemplo, provienen de castillos italianos, otros objetos vienen de Alemania y cada día el hotel se enriquece con nuevos detalles muy preciados.
Este hotel reúne objetos preciosos y su cuidada decoración se traduce en precios bastante elevados. La conexión a Internet inalámbrica es gratuita y el hotel también dispone de un parking privado.
masaje, salón de belleza, EPA, baño turco
fitness
hotel avec de belle prestation
bien situe dans la ville
mais il reste un peu cher quand meme
hotel dans la norme des hotel de paris
rien de special
hotel mal isolé
Lors de notre voyage touristique à Paris, nous étions logés dans ce formidable établissement. Bien équipé, prix attractif, personnel toujours présent.
Les animaux sont acceptés, la nourriture est divine et fraîche, les chambres confortables et au calme.
Aucun, pourquoi ne pas y revenir la saison prochaine?
Vraiment un très bon hotel je le conseil à tous !
Relation avec le client Les chambres! Le petit prix
RAS
El hotel de Vigny, majestuosamente situado entre la avenida Friedland y los Campos Elíseos, es una pequeña joya art déco. O gusta o no gusta, pero nadie se queda indiferente.
Un pequeño hotel intimista a dos pasos del Trocadéro
El hotel se salva gracias a una ubicación céntrica y a las zonas comunes renovadas.
El hotel Mayflower combina confort y elegancia. Propone unas habitaciones funcionales sin pretensiones. El Arco de Triunfo situado justo al lado es un auténtico lujo.
El Byron, antiguo hotel particular a dos pasos de los Campos Elíseos, no dispone de una decoración tan poética como su nombre. Sin embargo, ofrece habitaciones bien equipadas y cómodas.
El Royal Hotel es un establecimiento con un tamaño ideal y una decoración tradicional. Es un hotel sencillo pero eficaz gracias a su céntrica ubicación.
Un hotel de 4 estrellas original y colorido cerca de los Campos Elíseos. ¿Quieres un consejo? ¡No te lo pierdas!
Extremadamente bien situado para visitar la capital empezando por los barrios más elegantes, el Washington es un hotelito en el que percibirás, metafóricamente, el olor de la pintura fresca.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.