


Este hotel lleva nombre de hombre y su historia es la de una familia. El hotel Edgar está idealmente ubicado en un barrio animado y propone 13 habitaciones con una decoración muy lograda.
- Cultura
- Bien situado
Este hotel lleva nombre de hombre y su historia es la de una familia. El hotel Edgar está idealmente ubicado en un barrio animado y propone 13 habitaciones con una decoración muy lograda.
El hotel Edgar se encuentra en una pequeña plaza cerca de la calle Saint Denis, en el barrio 2 de París donde reina la industria textil. Las paradas de metro más cercanas son Sentier o Strasbourg Saint Denis, a pocos minutos a pie del hotel. Cerca encontramos Les Halles, los Grandes Bulevares o la plaza de la República.
El hotel cuenta con 13 habitaciones, todas ellas con una decoración distinta. Algunas han sido decoradas por familiares o amigos, entre ellos el mismísimo Yann Arthus Bertrand, el padrastro del propietario. El mobiliario retro de las habitaciones proviene de mercadillos de todas partes. Todas las habitaciones son elegantes con un punto de locura. Por ejemplo, la Dream, cuyas decoradoras han querido sumergir al cliente en su más tierna infancia con una lámpara de araña de juguete o una cabecera de cama realizada con pequeños coches, todo muy auténtico. La habitación decorada por Yann Arthus Bertrand hace referencia al pasado de Guillaume en Kenia. Guillaume conoció a su padrastro cuando tenía 3 años y vivieron juntos en Kenia. 13 habitaciones, 13 universos distintos que sin embargo tienen un punto en común: todas dan a una plaza arbolada. Disponen de caja fuerte, televisión, aire acondicionado y wifi así como libros con las misma temática de la habitación. Los cuartos de baño están equipados con bonitas duchas italianas.
El hotel Edgar abrió sus puertas en abril de 2013 en un antiguo taller de confección. Guillaume, el propietario, ha querido darle al lugar un ambiente familiar que hace que el cliente se sienta como un invitado en su casa. Por ejemplo, los pasillos están decorados con fotos de amigos y familiares. Además, les ha dado carta blanca a su familia y amigos más cercanos para la decoración de las habitaciones. Ha quedado claro, la familia es importante para él. El hotel tiene un estilo elegante que parece destinado a caballeros solteros con un ambiente de los años 50-60 y un mobiliario proveniente de mercados de todas partes. Un espíritu retro que crea un ambiente muy acogedor.
La terraza del restaurante es muy agradable ubicada en una tranquila plaza arbolada donde el tiempo parece haberse detenido. Qué mejor lugar para degustar las especialidades del chef, marisco y pescado, que como en el mercado, se exponen al cliente para que elija lo que más le apetezca. La cocina es refinada, con muchas especias y aromas de todo el mundo.
La sala del restaurante es elegante con tonos azul turquesa, marrón y negro. Fotos en blanco y negro y mobiliario retro que el propietario ha ido encontrando en mercados de aquí y allá.
El desayuno es de tipo bufé con productos de temporada, té de Kusmi Tea, embutidos de Ospital, bollería de Moulin de la Vierge y zumos de fruta natural. Los sábados y domingos se ofrece un brunch de 12.00 a 15.30 h. El brunch cuesta 27 euros y el desayuno, 16 euros.
Y ¿quién es Edgar? El hijo del joven propietario, Guillaume Rouget-Luchaire.
Fuera del ajetreo de las Grandes Avenidas, este hotel con clase apuesta por la discreción y la intimidad.
Un 3 estrellas de barrio situado a la entrada del París nocturno, pintoresco y cosmopolita.
Un 3 estrellas de barrio situado a las puertas del París nocturno, pintoresco y cosmopolita.
El Little Palace es un pequeño hotel bien situado entre los distritos 2 y 3 de la capital. Ofrece comodidad sin extravagancias superfluas y un trato muy agradable. Te aconsejamos tomar el desayuno bajo una vidriera de más de cien años, la pieza maestra del hotel. Como inconveniente hay que destacar una decoración un tanto recatada, aunque a su modo resulte elegante.
Ubicado cerca del animado barrio de los Grandes Bulevares. Punto.
Magnífico hotel recién reformado. Espíritu de diseño con mobiliario moderno y elegante, colores chillones y llamativos, y habitaciones con cuartos de baño abiertos.
Este hotel de una estrella es muy agradable y ofrece un trato muy acogedor. Hay estudios muy modernos para las familias y habitaciones más sencillas (y poco decoradas) para los demás huéspedes.
Un hotel desigual. La decoración de algunas habitaciones es de lo más anticuada, con mobiliario viejo, y otras están en proceso de renovación. De todos modos no está mal ya que el personal es acogedor, y algunas habitaciones están mejor que las demás, menos gastadas.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.