Interesante con respecto a otros hoteles parisinos, el Edouard 7 dispone de 70 habitaciones repartidas en seis categorías, más o menos grandes y lujosas, aunque, principalmente, ofrece dos tipos de decoración que crean dos universos particulares y distintos, como dos personalidades de un hotel que sabrá acoger, sin duda, a todo tipo de viajeros. Los pisos "Edouard 7" ofrecen una imagen muy elegante, de una increíble nobleza. Son las habitaciones más "clásicas", cubiertas de parqué, cama con dosel, decoradas en cálidos tonos beige, marrón y anaranjado. En ellas reina un ambiente elegante y muy romántico. Los cuadros en las paredes y el mobiliario de estilo Napoleón le dan un último toque de elegancia a estas habitaciones. Más osadas y llenas de sorpresas, las habitaciones "Couture" representan el concepto decorativo más moderno del hotel. En ellas el choque de colores y de materiales es palpable, al igual que el de las texturas y las emociones. Resulta imposible no dejarse seducir por su encanto. En estas habitaciones "Couture", los decoradores se inspiraron en los colores y en los motivos de la tapicería que existían en la época de Eduardo VII para decorarlas. De este modo, en ellas encontramos cabeceros de cama recubiertos con delicados motivos de terciopelo sobre seda, paredes vestidas de tejidos muy coloridos con motivos geométricos y moquetas de estilo Príncipe de Gales. Es recargado y ligero a la vez, con unos motivos que son como aire fresco para la mirada. Las combinaciones son encantadoras, mezclando colores y materiales en una especie de locura creativa. Las habitaciones de esta categoría "Couture" se dividen en cinco ambientes cromáticos y temáticos. Se ha cuidado hasta el más mínimo detalle, con un mobiliario inspirado en el Art Decó, unos cuartos de baño con azulejos incrustados con bandas de bordado plateado. Como anécdota, cabe destacar que las suites llevan el nombre de las mujeres y amantes de Eduardo VII, un auténtico seductor.