


Un hotel agradable, en un barrio tranquilo, a poca distancia de las principales atracciones turísticas de la ciudad.
- Cultura
Un hotel agradable, en un barrio tranquilo, a poca distancia de las principales atracciones turísticas de la ciudad.
El hotel Lamartine Opera está situado en el distrito 9 donde hay muchas atracciones turísticas. Está a dos pasos de la iglesia de Nuestra Señora de Lorette que da nombre a la parada de metro más cercana por la que pasa la línea 12. El establecimiento no se encuentra en un punto muy concurrido, por lo que goza de la tranquilidad de las callejuelas, pero a la vez se beneficia de una situación estratégica, ideal para visitar París. Cerca, en el mismo barrio, se alza la Ópera Garnier y toda una serie de teatros. Los amantes de las compras podrán dirigirse al cercano bulevar Haussmann en el que encontrarán las Galerías Lafayette. Es fácil llegar al Museo del Louvre o al barrio Montmartre, a pie o en metro. Para ir a los aeropuertos: hay un autobús que se dirige al de Charles de Gaulle y tiene parada en la estación Ópera; también se puede ir a la estación del Norte en metro o en autobús y de ahí coger el RER B que une el centro de París con ambos aeropuertos, Orly y Charles de Gaulle, en menos de una hora.
Las 28 habitaciones del hotel se distribuyen en seis plantas y se dividen en varias categorías: individuales, dobles (con dos camas gemelas o una de matrimonio) y 8 habitaciones superiores. Un ejemplo de habitación estándar: muy luminosa gracias a la gran ventana que da a la calle, ligeramente tapada por una fina cortina blanca; de colores agradables a pesar de su sobriedad que se conjuntan y se realzan mutuamente, como el cubrecama y la gruesa cortina gris o la tapicería de rayas amarillas. El mobiliario blanco le da un toque elegante. Las dimensiones son reducidas por lo que no hay espacio suficiente para poner un escritorio. La televisión de pantalla antigua pero vía satélite se encuentra sobre una mesa baja de cristal. El cuarto de baño no es muy reciente y también es pequeño. La mitad de las habitaciones cuentan con bañera y las demás, con ducha. Las habitaciones de categoría superior son más espaciosas y tienen dos grandes ventanas por lo que son más luminosas que las estándar. La que visitamos estaba totalmente revestida con un tejido blanco con motivos que imitan los grabados, desde la tapicería a las cortinas y el cubrecama. La televisión es de pantalla plana y también cuentan con lector de DVD, gratuito, y una lista de películas disponibles en recepción. El cuarto de baño con bañera es bastante pequeño. Todas las habitaciones están climatizadas y disponen de minibar.
El hotel Lamartine se ve bastante cuidado, a pesar de su fachada dejada de la mano de Dios, y presenta un vestíbulo luminoso y un mobiliario clásico. Las paredes recubiertas de madera clara están decoradas con retratos y grabados. Al lado de la recepción se ha acondicionado un saloncito, separado de ésta por un biombo blanco. El mobiliario es nuevo y está limpio y el lugar se compone de algunos sofás y una mesita central de cristal. El conjunto es agradable. Las revistas y la gran alfombra le dan un toque más familiar. El servicio del bar funciona de manera ininterrumpida, solamente hay que dirigirse a la recepción. Las orquídeas causan gran sensación. El hotel abrió sus puertas hace unos treinta años y se renovó completamente en 2007.
No hay servicio de restauración, solamente el desayuno que se sirve de 7:00 a 10:00 h en una sala en el sótano. Parece una cueva con un techo de piedra abovedado y se trata de una sala muy agradable aunque oscura ya que no hay luz natural.
Durante nuestra visita en primavera de 2009 se nos dijo que la conexión a Internet inalámbrica sería gratuita en todo el establecimiento, como muy tarde al mes siguiente. No se admiten animales domésticos.
salón de belleza, EPA, baño turco
Encanto y tranquilidad para este hotel bien ubicado.
Un 3*** bastante modesto.
Una grata sorpresa. Una decoración sencilla, con el sello de un modisto en la elección de tejidos y colores. Hay servicios gratuitos que hacen que el lugar sea lo más acogedor posible.
Un hotel con encanto y una buena relación calidad-precio.
Muy bonito establecimiento en este barrio ineludible.
Encantador hotel de 3 estrellas de barrio.
Un establecimiento correcto de barrio.
Un establecimiento excepcional en un barrio animado.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.