


El Grand Hôtel Amelot está muy bien situado, al lado de dos barrios muy animados: Bastilla y République. El hotel dispone de grandes habitaciones con una decoración retro muy acogedora y cuartos de baño a la última.
El Grand Hôtel Amelot está muy bien situado, al lado de dos barrios muy animados: Bastilla y République. El hotel dispone de grandes habitaciones con una decoración retro muy acogedora y cuartos de baño a la última.
La ubicación de este establecimiento es envidiable: está junto a algunos de los barrios más famosos y dinámicos del centro de París. Construido justo en el límite de los distritos 3 y 11, se encuentra en un punto de intersección entre varias rutas que llevan tanto a la fiesta como a la exploración turística y cultural de París. A medio camino entre République y Bastilla, se beneficia, por una parte, de los bares de Oberkampf, y, por la otra, del barrio de la plaza de la Bastilla y de todo su laberinto de callejuelas (en las que hay una gran oferta de restaurantes, discotecas y pubs de todo tipo). Y no hay que olvidar que, a unos metros al oeste del hotel, comienza el barrio del Marais con sus museos (Picasso, Carnavalet, Beaubourg...) y la muy chic Place des Vosges. Así pues, desde este hotel todos los gustos tienen cabida para quien ame explorar la ciudad. Si quieres ir a cualquier parte en transporte público encontrarás muy cerca las principales líneas de metro, en las plazas de la Bastilla y de la República. No hay que pasar por alto ir a comer o a tomar un café al restaurante que hace esquina llamado La Vache Acrobate, un bistró parisino muy agradable.
Todas las habitaciones están decoradas de forma muy similar. Son chic, cómodas y acogedoras. En las paredes cuelgan fotos antiguas de París. Las moquetas rojas o azules recubren el suelo para dar un toque de confort y clase. Los tonos claros del mobiliario y los cubrecamas rojos añaden una última nota de calor al conjunto. En la última planta, las habitaciones están abuhardilladas. Los cuartos de baño son más modernos que las habitaciones, con un equipamiento contemporáneo de lo más estético. Algunos están ornados con mosaicos y otros con grandes baldosas en tonos oscuros, que tanto están de moda. Las habitaciones disponen de televisor con TDT, conexión a Internet inalámbrica (de pago) y aire acondicionado.
Un hotel muy original, que asume plenamente una decoración retro, sin concesiones a lo contemporáneo o a los muebles de diseño. Así pues, el hotel te da la bienvenida con una magnífica y elaborada carpintería, y con unos paneles esculpidos con esmero en recepción, los pasillos o las habitaciones. No está, para nada, ni anticuado ni envejecido. Las influencias retro y chic modernas crean una mezcla original, con elementos como los suelos embaldosados en tonos oscuros o el bonito papel estilo vintage de las paredes. El contraste entre los tonos cálidos (rojos y marrones) y la carpintería resulta realmente acogedor. Desde los años 70 la misma familia gestiona este hotel, por lo que el dueño o sus hijos te darán el mejor trato. La sala de desayunos está en una gran estancia de la planta baja llena de mesas con manteles rojos. Hay que destacar un salón que hay detrás de recepción, decorado con motivos florales y sofás blancos. Una bonita escalinata de hierro forjada, una auténtica pieza de orfebrería, da la bienvenida al hotel.
Bon rapport qualité prix (avec prix promotionnel car sinon un peu abusé),propre,spacieux et bien placé dans Paris
placement,chambre pour 4
prix (si pas de promo)
Se trata de un hotel con una decoración especial, el sueño de todo cazador, con un espíritu provenzal pero con mucha frescura y ligereza, como en todos los hoteles del grupo. El hotel no dispone de restaurante aunque está ubicado cerca del barrio de Bastille, lleno de lugares de moda o más populares. La magnífica plaza des Vosges no queda lejos. Por lo tanto, se trata de una ubicación ideal para salir a descubrir París y pasear por las callejuelas del barrio del Marais.
Este hotel sin mucha clase se encuentra en uno de los barrios más animados de la capital francesa en el que rebosan los lugares para salir de marcha. Las habitaciones tienen un buen tamaño y disponen de lo estrictamente necesario en materia de confort, sin más. El propietario es agradable y siempre está disponible.
Una grata sorpresa en pleno centro de París, como su magnífica terraza interior con jardín, ideal para tomar el desayuno.
A medio camino entre Bastilla y el Marais, este moderno hotel de diseño ha sabido mantenerse sencillo y acogedor.
Magnífico hotel de tres estrellas. La decoración es muy colorida, el mobiliario es de diseño, y sin embargo es sencillo y propone un trato muy cercano. Las zonas comunes son cómodas, los clientes se quedarán tranquilamente en el salón tomando un café sentados en los cómodos sofás.
Residencia hotelera junto a la Bastilla que se ha renovado recientemente. Decoración moderna de los estudios y apartamentos. Mucha comodidad y prestaciones de calidad.
Pequeño hotel artístico del barrio de Oberkampf, el Beaumarchais ofrece un alojamiento pintoresco para los presupuestos más ajustados
Un hotel sencillo y sin mucho encanto, pero situado acertadamente entre dos de los barrios parisinos más animados. Las habitaciones son funcionales, pero los cuartos de baño son más bien cómodos y presentan una decoración moderna.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.