

Un hotel poco agradable, incluso se podría decir que bastante deprimente. Las habitaciones son bastante grandes, pero cuentan con una decoración anticuada, básica, y algunas no tienen baño. Ideal para los presupuestos reducidos.
Un hotel poco agradable, incluso se podría decir que bastante deprimente. Las habitaciones son bastante grandes, pero cuentan con una decoración anticuada, básica, y algunas no tienen baño. Ideal para los presupuestos reducidos.
El hotel se encuentra a unos minutos a pie de la Estación del Norte. Muy práctico para los viajeros de negocios y los turistas que vienen de los países nórdicos y de Londres. Desde la Estación del Norte es posible viajar con el RER B al aeropuerto internacional de Roissy-Charles de Gaulle y al Parque de Exposiciones de París Norte Villepinte. En los alrededores hay muchos comercios, bares y restaurantes, entre los que se incluyen algunas cervecerías muy agradables con una decoración típicamente parisina y una buena carta.
El hotel tiene 30 habitaciones, para dos o cuatro personas. Hay para todos los gustos, con unas habitaciones sin wc ni ducha, hasta otras que se permiten el lujo de tener un auténtico cuarto de baño, con wc. Y por tanto, todas estas categorías se encuentran a todos los precios. El hotel es muy barato y es perfecto para los turistas con bajo presupuesto y poco exigentes en cuanto al confort, el nivel de equipamientos y la calidad de los cuartos de baño. Hay que destacar que las habitaciones son bastante grandes. La decoración es totalmente básica, con una mesa y una silla de formica y un armario sin puerta. El mobiliario de las camas no está tan mal. En cambio, las paredes blancas tienen un aspecto triste y los cuartos de baño conseguirán deprimir a las personas más alegres. Estos cuentan con unas baldosas antiguas de color blanco con las juntas corroídas y una bañera con el esmalte tan gastado que deja entrever el metal, de modo que no invitan a quedarse.
Es un hotel de gran tamaño, pero con los servicios mínimos. Uno podría llegar a pensar al ver el exterior del hotel, con su edificio esquinado muy bien cuidado, que ha llegado a un buen establecimiento, pero las habitaciones y el conjunto del hotel son de una sencillez decepcionante. No hay sala de desayuno, este se sirve en las habitaciones. No te demorarás en las zonas comunes del hotel, con una eventual decoración anticuada-retro-moderna o de otro tipo, porque para empezar no existen y, además, el hotel no ofrece nada excepcional al respecto. Aquí se propone lo mínimo e indispensable para vivir. Una habitación, para dormir y marcharse.
Hotel simple mais propre, personnel sympa et agreable, bien situé car centre de paris
prix abordable, bien situé
chambre assez petite
Ben posizionato in una zona tranquilla, facilmente raggiungibile con i mezzi pubblici, ottima base per soggiorni turistici e d'affari.
ottimo servizio di reception, ubicazione ottimale rispetto agli aeroporti, ottimo ed abbondante buffet per la prima colazione continentale.
Dimensioni ridotte delle camere standard, scarsa dotazione di saponi e detergenti per l'igiene in bagno.
La única ventaja de este establecimiento es su ubicación cerca de la Estación del Este.
Un 2* superior cerca de las Estaciones du Nord y de l'Est. Un "negocio" ideal.
Un 2* superior cerca de las Estaciones del Norte y del Este. Es un buen "plan".
Un pequeño hotel ubicado entre dos grandes estaciones parisinas. Nosotros nos decantamos por las habitaciones abuhardilladas del último piso. En cuanto a la decoración, es sencilla y clásica.
Un honesto hotel de 2** de barrio.
Pequeño hotel sin grandes pretensiones con zonas comunes insignificantes pero habitaciones más atractivas.
Un hermoso hotel, muy cuidado desde la sala del desayuno hasta las habitaciones. Todo es muy elegante. La decoración oscila entre lo tradicional y lo más contemporáneo en función del lujo de las habitaciones escogidas.
Un establecimiento serio dentro del estándar de la cadena.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.