


Hotel poco glorioso en pleno barrio República. Equipamiento mínimo, sin encanto ni originalidad.
Hotel poco glorioso en pleno barrio República. Equipamiento mínimo, sin encanto ni originalidad.
El Hibiscus se encuentra a pocos metros de la plaza de la República. Es casi el único interés de este hotel. Una ubicación que gustará a todo el mundo ya que está en el centro de barrios muy diferentes. Al norte, el canal San Martín fluye tranquilamente hasta La Villette y se puede dar un agradable paseo por sus orillas. Muy cerca de allí se encuentra la calle Oberkampf y sus numerosos bares. La Bastilla tampoco está lejos, con sus calles repletas de gente por la noche que acuden a los bares y restaurantes más o menos modernos. El cercano distrito 3 y el Marais, que comienzan al otro lado de la plaza de la República, también ofrecen numerosas curiosidades, como museos o la famosa plaza des Vosges. Los amantes de la cultura estarán encantados. El hotel está ubicado cerca del Cirque d'Hiver y del Bataclan, dos míticas salas de espectáculos de la capital que proponen un programa con conocidos artistas. Si quieres pasear por la zona más animada de París, puedes ir al mercado del boulevard Richard Lenoir, en dirección a la plaza de la Bastilla, los jueves y los domingos?
Este hotel tiene 26 habitaciones, principalmente dobles, y algunas triples. La decoración es algo cutre, con mobiliario básico para vaciar algunos enseres de la maleta y dejar dos o tres cosas en una mesa de noche. Lo más moderno es el suelo de parqué. Los cuartos de baño son pequeños, embaldosados de arriba a abajo. Nada de extraordinario. Venimos aquí para dormir, y no para sucumbir al encanto loco del lugar. No hay Internet en las habitaciones.
El Hibiscus es un hotel de una sencillez triste. Ni más ni menos que lo que pedimos a un hotel: venimos aquí para dejar la maleta y dormir un poco, pero no encontraremos nada de encanto, de calidez, de atractivo. Carece totalmente de decoración. En un refuerzo del hall, sin luz, se ubica una triste sala de desayuno. Nada del otro mundo. Además el hotel está muy céntrico, no es muy caro, por lo que siempre está lleno, ¿entonces por qué esforzarse en ser coquetos?
bon rapport qualite prix
bien placer dans paris
je n'en ai pas a ce prix
Un hotel impresionante, con una decoración retro muy lograda, que puede albergar a viajeros en solitario o a pequeños grupos en habitaciones dormitorio con baño.
Una buena ubicación, por ejemplo cerca de la plaza de la República, no debería ser el único atractivo de un hotel. Este Bristol es un lugar muy básico, sin encanto alguno, con pequeñas habitaciones de color que parecen ser acogedoras. A este hotel solamente se viene a dormir y no precisamente por la decoración.
Bonito y encantador hotel en el que la propietaria hace todo lo posible para que los huéspedes se sientan como en casa. Su ventaja: la decoración de cada habitación es diferente.
Una de las ventajas de este hotel es su envidiable ubicación, a unos minutos de la plaza de la République. Los cuartos de baño, al igual que las habitaciones, son clásicos. Un aviso: no te esperes un hotel con mucho encanto
Bien ubicado y cerca de todos los lugares de visita obligada de la capital, éste es un pequeño y sencillo hotel lo suficientemente confortable.
Bonitas prestaciones para este establecimiento contemporáneo cercano a la plaza de la República.
Una recepción privilegiada y una decoración artística y original en las paredes de las habitaciones.
Un elegante establecimiento con habitaciones de diseño y un virtuoso juego de luces que da ligereza a la estructura y espacios del hotel.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.