


Ideal para aquellos que buscan un hotel con una decoración agradable pero que no sea demasiado caro, con el diseño al alcance de la mano.
Ideal para aquellos que buscan un hotel con una decoración agradable pero que no sea demasiado caro, con el diseño al alcance de la mano.
El hotel está situado en la Puerta de Orleans. El barrio no tiene gran interés, pero ostenta el mérito de estar bien conectado con 3 líneas de autobús (68, 28 y 38), metro (línea 4) y la línea de tranvía T3 (acceso directo al parque de las exposiciones de la Puerta de Versalles). Asimismo, en los alrededores encontrarás numerosos restaurantes y bares.
Quedarás un poco decepcionado al entrar en las habitaciones porque la decoración de las 69 habitaciones no es precisamente igual a la de las zonas comunes. De hecho, de las 69, sólo se han renovado por completo 20 habitaciones, 25 en parte y las 15 restantes siguen exactamente igual. Las habitaciones más recientes tienen un estilo pop, con el color negro en oposición a un color vivo, rosa o rojo, con unos cabeceros de cama de terciopelo y unos pufs de cuero, que consiguen crear un juego de materiales muy agradable a la vista. Las habitaciones pueden ser individuales, dobles/twin y superiores, y sus tamaños varían de 9 a 30m². Están equipadas con una pantalla plana, un minibar, un escritorio y una caja fuerte. Un pequeño defecto de los cuartos de baño es que son demasiado sencillos en comparación con el resto de la habitación. Para tener una mayor sensación de libertad, el hotel cuenta con un estudio acondicionado.
La entrada del hotel no es amplia, pero ha confiado en el rosa fluorescente para destacar. De hecho, pasarás por un pasillo rosa y negro para acceder a la recepción. Desde ella, verás el bar y un pequeño salón detrás. El gran espejo es de Starck, las cortinas son de punto, el mobiliario se ha fabricado exclusivamente para el hotel, las pantallas planas emiten imágenes de deportes extremos, los colores son vivos; todo esto augura cosas buenas. La recepción es joven y dinámica. En la planta superior, la sala de desayunos ostenta una decoración asombrosa: en tonos verdes y amarillos, con unas fotografías grandes adornando las paredes, un muro vegetal al otro lado y unas sillas transparentes. Los clientes pueden consultar la prensa en internet a través de unas pantallas táctiles. Al otro lado hay una pequeña sala de reunión, con una decoración distinta. Aquí predomina el toque "de obra", que se opone al "bosque" contiguo, con paredes grises, sillas modernas, una hormigonera negra lacada y una gran pantalla plana. La conexión WIFI y el web corner son gratuitos.
El abuelo del actual propietario fue quien inauguró el hotel en los años 60, y decidió convertirlo en un hotel sin pretensiones. Desde entonces, de padres a hijos, se han ido esforzando en mejorarlo. Por cierto, las llaves de las habitaciones del hotel tienen el retrato del abuelo.
masaje, salón de belleza, puesta en forma, EPA, baño turco
gimnasia, fitness
Hotel très chaleureux et tout près des commerces et pas loin de la tour MONTPARNASSE. Personnelles agréables et accueillants.
pas loin de la TOUR EFFEL
L'entrée et accès à l'ascenseur est trop étroit.
Hôtel au porte de Paris avec tous les moyens de locomotion à coté. Personnel très prévenant
Bon rapport qualité prix
Un peu trop bruyant
Hôtel très bien situé, face au métro porte d'Orléans, à coté de restaurants et d'autres commerces. La décoration est très originale ! Nous avons eu une chambre "Google" ! Par contre, petit bémol sur la salle de bain qui mériterait un léger rafraichissement. Un pied à terre idéal à Paris. Je repartirai sans hésiter dans cet hotel
- Situation géographique - Déco - Tarif raisonnable
- Salle de bain un peu "vieillotte"
Je suis venue à l'hôtel design pour une séance photo, situation près d'une station de métro, la chambre très grande, magnifique hôtel, propre, chambres à thèmes et personnel sympathique, rien à redire pour ma part!
Chambre spacieuse à thème
Un peu bruyant mais bruits extérieurs (en plein Paris, normal!!!)
Hôtel bien desservie, chaque chambre a son thème, assez bien dans l'ensemble
chambre spacieuse, propre, bien desservie
certaine chambre un peu simple mai qui reste correcte
Chambres très originales ! Par contre les petits déjeuners sont bof bof... Et il vaut mieux être sportif car l?ascenseur est assez étroit et on ne peut y entrer qu'à 2 personnes maxi !
La déco, l'emplacement
Le petit déjeuner, l'ascenseur
Bon rapport qualité prix avec une promo. La déco est moins flashy en réel que sur les photos. L'accueil est excellent par la jeune fille réceptionniste, beaucoup plus réservé par les 2 réceptionnistes hommes qui sont très "parisiens"! J'y reviendrai si besoin.
Confort de la literie. Très bien situé près des transports en commun. J'ai trouvé facilement une place pour garer ma voiture dans une rue adjacente.
L'ascenseur qui semble tomber en panne à chaque montée. La chambre petite, sans table. Le parking privé cher.
bien situer le métro est juste a la sorti de l’hôtel mais il y a également des cafés, bars et commerces à proximité ainsi que le RER
hôtel a prix très raisonnable pour Paris personnel de la réception était très serviable et aimable il nous ont beaucoup aider bien situer
chambres étaient propres mes pas très spacieuses, hôtel design hors seul l’entrée et l’accueil reste design, dans la périphérie
Su propietario afirma que el Villa Royale Montsouris es el único hotel oriental de París. Destacan los detalles de su decoración, la selección de objetos, los colores y la forma de algunos elementos arquitectónicos que evocan una atmósfera del norte de África o de Oriente Medio. Y si no te lo acabas de creer, al menos te puedes dejar llevar por este logrado palacete digno de Las mil y una noches.
Un hotel de dos estrellas modesto, muy bien ubicado entre la Puerta de Orléans y el parque Montsouris.
En este establecimiento situado en un eje de circulación muy concurrido y bien comunicado reina un ambiente de albergue de juventud.
Instalados desde hace diecisiete años, sus dueños han sabido darle un ambiente agradable combinando varios estilos.
Si la decoración de este hotel se inspira en el famoso templo griego, la imagen que da dista mucho de igualar el encanto que transmite su modelo antiguo. No busques la luminosidad de las islas griegas, desgraciadamente ha cedido su lugar a una oscuridad bastante deprimente.
Un establecimiento agradable con un estilo acogedor, que huye del frenesí de la Puerta de Orleans.
Ubicado discretamente detrás de la Porte d'Orléans, encontramos este dos estrellas que cuida su estilo.
Su principal ventaja es, por supuesto, el precio, proporcional al escaso equipamiento que podrás encontrar en el hotel. Sin embargo, las habitaciones renovadas están realmente bien.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.