


El excéntrico diseño del Standard te sumergirá en el ambiente de moda que se respira en la calle, muy bien ubicada entre la plaza de la Bastilla y el Marais.
- Bien situado
- Encanto
El excéntrico diseño del Standard te sumergirá en el ambiente de moda que se respira en la calle, muy bien ubicada entre la plaza de la Bastilla y el Marais.
El Standard se adapta perfectamente al ambiente reinante en la rue des Taillandiers. La zona entre el Marais y la Bastilla es el paraíso de los amantes de la moda que busquen los escaparates de las boutiques vintage y de diseñadores. Podrás empezar la velada con estilo en alguna de las salas de conciertos o en la Ópera de la Bastilla. Además, las estaciones de metro de Bastille y Voltaire te permitirán acceder a otros lugares de interés de la capital.
La elegancia de la decoración del hotel radica en sus tonalidades bicolores y en la excentricidad de los materiales. En el vestíbulo hay lámparas de plumas y pufs de vinilo tan llamativos que no habrá necesidad de hojear las revistas disponibles en la mesa. Bajo las vigas blancas de la sala del desayuno (continental), las sillas están forradas de una piel rizada como la lana de una oveja.
Las habitaciones del Standard, sencillas, dobles (con camas separadas o cama de matrimonio) o lujo llaman la atención por su llamativo aspecto y no por sus acabados. Hay un toque de color que hace destacar el clásico blanco y negro en las grandes cortinas. La decoradora decidió que, para destacar, la habitación no tuviese minibar. Sin embargo, si tienes sed, el personal del hotel te servirá una bandeja de bienvenida con bebidas. Podrás saciar tu sed mientras escuchas tu música favorita, ya que las habitaciones están equipadas con modernos taburetes Tam Tam con conexiones integradas para Ipod. Los cuartos de baño son pequeños pero tienen una decoración original.
La sala del desayuno, bañada de luz, es un tanto extraña. Está situada en la parte de arriba de todo del hotel, en una sala ornamentada con vigas y correas de techo. En las paredes han colgado fotografías de tazas y de platillos muy originales (estas últimas se han ampliado para incluir también un plato) con el fondo de una de las temáticas de colores de las habitaciones del hotel. El desayuno continental se sirve en unas mesas negras sobre las que hay una porcelana blanca acompañada de unas servilletas negras. Las sillas, a su vez, están recubiertas de una tela de rayas negras y blancas. El hotel no sirve ni comida ni cena.
El Standard forma parte del grupo de hoteles Relais de Paris (ver también Le Chat Noir y el Color Design). Ha sido parcialmente diseñado por jóvenes creadores que han puesto su toque personal por todo el hotel, en particular con los códigos de barras que decoran las habitaciones así como las zonas comunes del establecimiento. A solo unos minutos a pie del hotel se celebra uno de los mercados más animados de París, a lo largo del bulevar Richard Lenoir, los jueves y los sábados por la mañana hasta primera hora de la tarde. En él se reúnen los mejores comerciantes para vender sus productos a los habitantes del barrio y a los turistas curiosos. Si quieres llevarte algo práctico para casa, encontrarás puestos con objetos hechos a mano como joyas y ropa.
masaje, salón de belleza, EPA, baño turco
très bon hotel
la classe, le style, la propoté
le prix
Un hotel de capacidad media cerca de Bastilla y Oberkampf, barrios de primera para salir y descubrir las callejuelas más animadas de París. La decoración del hotel es sencilla, coqueta y confortable, aunque también poco moderna (excepto en los cuartos de baño). El trato es agradable.
Un pequeño hotel de tamaño ideal en un barrio joven y dinámico que esconde muchas sorpresas. Habitaciones sencillas pero muy tranquilas. El parqué de todas las habitaciones le da un cierto lujo a estos pequeños espacios.
Este hotel sin mucha clase se encuentra en uno de los barrios más animados de la capital francesa en el que rebosan los lugares para salir de marcha. Las habitaciones tienen un buen tamaño y disponen de lo estrictamente necesario en materia de confort, sin más. El propietario es agradable y siempre está disponible.
Un hotel sencillo, práctico y funcional, cercano al barrio agradable de la Bastilla. El esfuerzo decorativo es mínimo, por ello las habitaciones resultan tristonas.
Una grata sorpresa en pleno centro de París, como su magnífica terraza interior con jardín, ideal para tomar el desayuno.
Magnífico hotel de tres estrellas. La decoración es muy colorida, el mobiliario es de diseño, y sin embargo es sencillo y propone un trato muy cercano. Las zonas comunes son cómodas, los clientes se quedarán tranquilamente en el salón tomando un café sentados en los cómodos sofás.
Residencia hotelera junto a la Bastilla que se ha renovado recientemente. Decoración moderna de los estudios y apartamentos. Mucha comodidad y prestaciones de calidad.
Una hermosa residencia dividida en estudios con cocina. La decoración no se ha sacrificado para dar paso a la funcionalidad. Los estudios ostentan unos hermosos colores y un refinado mobiliario.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.