


Aunque no tenga vistas a la Torre Eiffel, el Tourville está situado en un barrio ajardinado y agradable, cerca del famoso monumento. Los alrededores elegantes y tranquilos del hotel harán las delicias de aquellos que busquen lujo y tranquilidad. El hotel, por su parte, es bastante sencillo, con una decoración delicada, femenina, relajante y sobria. Las habitaciones están repletas de color y tienen un agradable ambiente campestre.