


Retro y chic a la vez, te encuentras ante un hotel muy confortable que, además, cuenta con un curioso pasado. Las habitaciones son muy elegantes y todas cuentan con un toque original
Retro y chic a la vez, te encuentras ante un hotel muy confortable que, además, cuenta con un curioso pasado. Las habitaciones son muy elegantes y todas cuentan con un toque original
¡En este barrio es difícil encontrar un hotel mejor situado! Justo al comienzo del bulevar Beaumarchais, a unos pocos metros de la plaza de la Bastilla, te encuentras en medio de la acción. Al otro lado de la plaza, las embarcaciones de recreo se pasean por el puerto de l'Arsenal y, con las zonas de césped aterrazadas al lado del puerto en las que puedes descansar tranquilamente, olvidarás rápido que te encuentras en una capital mientras echas una pequeña siesta. La Bastilla y sus calles animadas repletas de bares y restaurantes embrujarán a los más fiesteros. Desde el hotel, se puede visitar a pie la Place des Vosges, algunos museos cercanos y el famoso barrio Le Marais. Sin olvidar que las líneas de metro más importantes convergen en este punto y transportan a los visitantes hasta todos los monumentos de París. Se trata de un hotel muy bien situado para descubrir la capital.
Igual que el resto del edificio, las habitaciones desprenden aromas cálidos y chic. Valorarás la armonía y la disposición de las estancias: las paredes, la moqueta, las cortinas y la cama están decoradas en tonos azules o en tonos rojos y combinan cuidadosamente dentro de la misma gama. ¡Una decoración más cuidada de lo que parece y con una gran atención al detalle! Las paredes están decoradas con grabados que reproducen antiguos oficios. Algunas habitaciones son absolutamente encantadoras. Las de la sexta planta, por ejemplo, dan al bulevar, son abuhardilladas y ofrecen vistas de la Torre Eiffel. En la quinta planta se encuentra la que puede ser la habitación más preciada del hotel, con chimenea, un espejo deslumbrante y un balcón que se eleva por encima de los tejados. Guarda un asombroso parecido con la imagen que hoy se da de lo que debían ser los antiguos pisos parisinos. Esta habitación en concreto es tan conocida que suele estar reservada con semanas de antelación. Los cuartos de baño de las diferentes habitaciones lucen los mismos azulejos elegantes de tonos beige con frisos de pequeños mosaicos más decorados.
El hotel Lyon-Mulhouse se remonta a 1850 y, aunque su tamaño y su arquitectura ha cambiado con las reformas y algunos cambios de decoración, nunca ha dejado de ser un hotel desde esa época. Su nombre despertará la curiosidad de los más inquietos: en sus orígenes se trataba de una posada de la que partían las diligencias de viajeros hacia Lyon y Mulhouse. Ha conservado una gran elegancia y aún puede apreciarse un toque retro de esa época. Las paredes de la recepción, de los pasillos y, sobre todo, de la majestuosa escalera de caracol, están decoradas con una carpintería y unas molduras impresionantes. Las moquetas y las paredes de las zonas comunes brillan con un rojo penetrante, que realza el efecto chic y retro del edificio. A pesar de ello, el hotel no se duerme en sus viejas paredes y el trato sigue siendo sencillo, simpático y afable.
Très bel hotel très cosy, complètement refait. Très agréable et proche du metro donc superbe accès au tout Paris
chambres et services Petit déjeuner
place dans l'ascenseur
El Castex, casa de campo o vivienda de Luis XIII, apuesta por lo tradicional para recibirte a dos pasos de la place de la Bastille.
Un pequeño hotel de tamaño ideal en un barrio joven y dinámico que esconde muchas sorpresas. Habitaciones sencillas pero muy tranquilas. El parqué de todas las habitaciones le da un cierto lujo a estos pequeños espacios.
Este extraordinario hotel se encuentra en una de las plazas más bonitas de París, la plaza des Vosges. Ante el hotel se abre un magnífico lugar perfecto para pasear. Este establecimiento esconde muchas sorpresas como un patio interior con plantas, unas zonas comunes de una comodidad extrema y un lujo discreto. La decoración hace de unión entre un edificio antiguo y venerable y una moda actual que ha sabido modernizar los aspectos clásicos de la tradición francesa.
Una grata sorpresa en pleno centro de París, como su magnífica terraza interior con jardín, ideal para tomar el desayuno.
A medio camino entre Bastilla y el Marais, este moderno hotel de diseño ha sabido mantenerse sencillo y acogedor.
Magnífico hotel de tres estrellas. La decoración es muy colorida, el mobiliario es de diseño, y sin embargo es sencillo y propone un trato muy cercano. Las zonas comunes son cómodas, los clientes se quedarán tranquilamente en el salón tomando un café sentados en los cómodos sofás.
Un precioso hotel al lado de la plaza des Vosges, en un edificio del siglo XVII. Las partes comunes recuerdan los antiguos orígenes del edificio, en cambio las habitaciones son más modernas, con una decoración elegante y muy lograda.
Este pequeño hotel de tres estrellas sorprende de manera grata. Tiene unas hermosas habitaciones tradicionales y refinadas, generalmente elegantes, con una alegre variedad de colores y de estilo.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.