Gonzalo González Beneytez
Jefe de sección
El Marceau es un hotel relativamente pequeño que ha sabido crearse una personalidad, sobre todo acogiendo exposiciones durante todo el año. Con un estilo de diseño y refinado, juega con una mezcla de colores suaves e intensos, explosivos y cálidos. Por la noche el bar se transforma en un espacio acogedor muy íntimo.
Marceau Bastille - © EASYVOYAGE
Marceau Bastille - © EASYVOYAGE
El hotel está bien situado, cerca del barrio festivo y animado de la Bastilla, pero conserva la calma. El hotel se sitúa casi a medio camino entre la Bastilla y la estación de Lyon, por eso es muy fácil desplazarse y llegar a todos los barrios interesantes de la capital a pie y en metro. Las líneas de metro se dirigen al centro, en dirección a todos los prestigiosos monumentos en un santiamén (el Louvre, las Tullerías, el Arco de Triunfo, etc.). La zona de Bastilla está repleta de pequeñas calles animadas rebosantes de bares y restaurantes. Los juerguistas se lo pasarán de miedo. Y no muy lejos, podemos disfrutar de un pequeño lugar de relax: el puerto del Arsenal en el que los barcos de recreo chapotean tranquilamente, bordeados por el césped sobre el que podemos echarnos. Al echar una pequeña siesta, uno puede llegar a olvidar que está en una capital. En este barrio emblemático de París, paseamos alrededor de la ópera Bastilla, que sigue suscitando sorpresa o desesperación, según los gustos de cada uno. Se trata de un hotel muy bien situado para descubrir la capital.
El Marceau tiene 55 habitaciones en 2 grandes estilos decorativos muy diferentes: dos ambientes donde podrán desarrollarse dos estilos de personalidad. El estilo "urbano", con el contraste de colores intensos y suaves, su estilo serio pero dinámico. Y el estilo "ecológico", en tonos más suaves y relajantes, con tranquilizantes tonos verde. Si te gusta la decoración moderna, la que mezcla sabiamente los colores atronadores como los de los cabeceros tapizados con estampados, con tonos más sobrios y elegantes como paneles grises o verdes lisos, el Marceau debería gustarte. Pequeño detalle que marca una gran diferencia: orquídeas blancas en las habitaciones "ecológicas", y violetas en las habitaciones "urbanas". En cuanto a los equipamientos, las habitaciones de categorías superiores están equipadas de bases ipod, bandeja de bienvenida, TV grandes y puedes solicitar que se añada una cadena hi-fi y un reproductor de DVD.
El Marceau ofrece dos caras a los visitantes. Por un lado el aspecto y el confort moderno, incluso de diseño; por el otro el intelectual, con las exposiciones de artistas conocidos. Pintores, escultores y fotógrafos exponen sus obras en una galería instalada durante todo el año en la zona del bar del hotel. De este modo reina una atmósfera artística en la planta baja. Podemos acomodarnos en esta gran sala ventilada para tomar algo mientras admiramos algunas obras. La idea de los diseñadores fue depurar al máximo el lugar, basándose en un ambiente muy refinado, más bien sobrio pero siempre elegante. De este modo el bar desaparece tras un gran armario, y por la noche una luz tamizada, las sillas iluminadas únicamente por velas, crean una atmósfera acogedora, cálida e íntima. Recuerda que el bar del hotel está abierto a los no residentes y que se sirve alcohol hasta las 22:30 h.
El bar del hotel está abierto a todos. En las partes comunes de la planta baja hay una galería de arte. Los huéspedes tienen a su disposición una pequeña sala de fitness en el subsuelo, con 4 máquinas.
masaje, salón de belleza, sauna, puesta en forma, EPA, baño turco
gimnasia, fitness, deportes
Anonyme.
nous gardons un très bon souvenir de notre séjour, la chambre bien que petite était d'une propreté irréprochable, mention spéciale au personnel très sympathique et à l'écoute.
un emplacement idéal, à deux pas du métro; un magnifique buffet petit déjeuner et un personnel très agréable et aux petits soins des clients
le prix un peu élevé pour une chambre assez petite
Anonyme.
tout proche de la bastille . L hotel allie confort contemporain et le charme d une ambiance artistique . Qualité du design des chambres
la proximité avec le quartier sympa de la bastille
le prix assez cher, mais c est un quatre étoiles
Tras una fachada un tanto austera se esconde un hotel con encanto.
Un hotel renovado con el estándar de decoración del momento. Colores brutos y sobrios, gris y mobiliario de madera oscura, y hermosos cuartos de baño. Los servicios y la calidad de las zonas comunes no son muy buenos para tratarse de un tres estrellas.
Acabado de renovar, el punto fuerte de este sencillo hotel es el trato
Un bonito edificio y un servicio excelente
Un hotel familiar y acogedor
Un hotel práctico gracias a su ubicación entre la estación de Lyon y la Bastilla
Pequeño hotel de habitaciones sencillas y pequeñas. El confort es correcto.
Una apreciable y gran terraza
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.