


Bonito hotel de dimensiones reducidas que ha sabido reinventar su decoración. Las paredes de cristal de los cuartos de baño dan un toque realmente original a todas las habitaciones.
Bonito hotel de dimensiones reducidas que ha sabido reinventar su decoración. Las paredes de cristal de los cuartos de baño dan un toque realmente original a todas las habitaciones.
El Maxim Quartier Latin se encuentra justo al lado de la salida de metro de Censier-Daubenton, con conexión con el tren regional RER B que une los dos aeropuertos parisinos y la estación del Norte. ¡De fácil acceso! Está ubicado en una de las calles románticas del distrito 5 y disfruta de un ambiente histórico y estudiantil omnipresente en las calles que lo rodean, así como de puntos de interés más prácticos en la cercana Place d'Italie. Para salir, hay que adentrarse en las calles laberínticas de los barrios de Mouffetard y Monge, que empiezan justo al lado del hotel. Allí puedes encontrar muchos restaurantes y bares agradables para comer y salir de fiesta. Más arriba, los barrios del Panthéon y de la Montagne Saint-Geneviève rebosan de pequeños locales para continuar la noche. Los lugares históricos y culturales no están lejos, como el Instituto del Mundo Árabe o el Museo Nacional de Historia Natural. Después de pasear tranquilamente por las calles del distrito 5, podrás descansar en los jardines de Plantas o de Luxemburgo, dos lugares de descanso cercanos para los caminantes urbanos. En las cercanías encontramos otro lugar original, la Mezquita de París, con su hammam y su salón de té en el patio interior, donde podrás degustar un café moro amenizado por el trinar de los pájaros. El barrio vecino de la Place d'Italie ofrece una multitud de cines y un inmenso centro comercial para ir de compras. Otra zona de marcha que no queda muy lejos es la calle de la Butte aux Cailles y sus bares. Para visitar el resto de París, las líneas de metro 7 y 6 conducen al Louvre, a la Torre Eiffel y a los Campos Elíseos. ¡Menudo programa!
Simplemente espléndidas, todas las habitaciones están redecoradas con un estilo contemporáneo y original. En tonos muy actuales, chocolate, gris y marrones, el conjunto combina bien sin caer en un estilo demasiado extremado. Se respeta el contraste de colores para aportar encanto y calidez a las habitaciones modernas: una espesa moqueta con rayas marrones se ve animada gracias a unas cortinas más coloridas, y las paredes claras consiguen que las habitaciones parezcan más grandes y no tengan un aire triste. Desde el punto de vista de los muebles, encontramos mesitas y perchas de madera muy gruesa y oscura, algo chic y moderno a la vez. El gran acierto consiste en haber echado al suelo las paredes de los cuartos de baño y haberlas sustituido por paredes de cristal opaco. El baño queda bien separado de la habitación, pero está perfectamente integrado en la misma. La luz atraviesa la pared e ilumina la habitación de un color verde botella. ¡Una gran impresión de ligereza! Las paredes están decoradas con azulejos de mosaico y los suelos cuentan con unas baldosas más grandes y de tonos más oscuros. Elegante, distendido y muy funcional. Desde el punto de vista práctico: conexión wifi gratuita, ordenador con acceso a Internet de pago en el salón del vestíbulo, televisión con 6 cadenas internacionales.
El hotel es bastante bonito y está ubicado tras una fachada antigua. Las ventanas están enmarcadas con mampostería esculpida y en todo el inmueble se pueden encontrar hermosas barandillas de acero forjado. Todo el interior está decorado de forma contemporánea y con una elegancia muy cuidada. Un salón pequeño, cómodo y acogedor espera a los visitantes, equipado con sofás de madera con tejidos claros. Su decoración moderna tan lograda queda complementada con los muebles de madera gruesa que mezclan colores claros y oscuros. Una escalera amplia y señorial permite bajar a la sala de desayuno, iluminada mediante un tragaluz. Se trata de un pequeño patio interior pintado de color verde que proporciona una sensación de libertad en este barrio de calles pequeñas y estrechas.
salón de belleza, EPA, baño turco
Este hotel de cadena insiere elementos originales en su arquitectura: terraza para los desayunos, una bodega abovedada o decoración floral. Las habitaciones son austeras y clásicas.
Un establecimiento correcto, sin más.
Este hotel, bien situado entre los distritos 5 y 13, es ideal para descubrir las calles del centro de París y las actividades en torno a la place d'Italie. El trato es excelente y las habitaciones de formas originales lo convierten en un alojamiento logrado.
La Demeure es un bonito hotel con encanto y mucha elegancia que combina una decoración acogedora con un mobiliario contemporáneo.
Magnífico hotel reformado. Mobiliario y colores elegantes y románticos. Una dirección rebosante de encanto en el barrio latino.
Un extraño hotel de tres estrellas que solo merecería tener dos. Las habitaciones recién renovadas, luminosas y de bastante buen gusto contrastan con un vestíbulo que dejará petrificados hasta a los más alegres. El trato es desigual, a veces es más agradable y otras no tanto.
La solución ideal para las familias numerosas.
Una dirección seria alejada del bullicio turístico del barrio.
Estamos ante un hotel de elegancia francesa y en el que no se tolera ninguna copia ni reproducción. El Bristol forma parte de los pocos hoteles de lujo parisinos que pertenecen a una familia europea (alemana) en lugar de a las grandes familias asiáticas o de los Emiratos Árabes Unidos. Elegante, distinguido y refinado, el Bristol antepone la calidad y la autenticidad de los objetos y materiales. Su restaurante gastronómico atrae a una clientela exigente y amante de la cocina de alta calidad.
El George V hace parte de los palacios parisinos más prestigiosos de la ciudad. Unos pasos dentro el establecimiento son suficientes para darse cuenta que entramos en un hotel donde lujo, perfección y voluptuosidad son la regla. Habitaciones de princesa, salones impresionantes, restaurante el que guía Michelin ha otorgado una estrella, no falta nada al George V para satisfacer a los clientes más exigentes. El diseñador de interior Pierre Yves Rochon se encargo en 1997 de reformar en totalidad el edificio, desde entonces sigue mejorando la decoración de acuerdo con el estilo XVIII siglo.
El último de los palacios parisinos abrió sus puertas el 1 de agosto de 2014. La elegancia y la sofisticación francesa casan a la perfección con el refinamiento asiático en un magnífico edificio de 1908. He aquí el primer establecimiento del grupo Peninsula en Francia y Europa.
Hicieron falta cinco edificios Haussmann para dar vida al Park Hyatt Paris Vendôme, el primer hotel de lujo de la capital concebido con un estilo contemporáneo. En este hotel, la comodidad, la elegancia y un servicio impecable se unen a un diseño más joven y moderno.
El W Paris - Opéra finalmente abrió sus puertas el 28 de febrero de 2012. Así, la marca de Starwood ligada a la moda y a las tendencias se asegura un establecimiento de prestigio en París.
El hotel, situado en un edificio del siglo XIX, salta a la vista. Diseño y modernidad se combinan junto con un toque conceptual. Mejor pedir explicaciones al diseñador, ya que es difícil captar el mensaje de otra forma; aunque está claro que el W Paris-Opéra gira alrededor de un tema: The Spark. El establecimiento se define en este "centelleo", creando una unión ficticia entre el primer hotel de Nueva York y su hermano pequeño parisino.
En el corazón de la ópera, el W ya cuenta con los amantes de la marca y espera que el boca a oreja lo convierta en the place to be del barrio, junto con su restaurante y su bar.
Un establecimiento de alta categoría ideal para personajes famosos y estrellas de cine que busquen un poco de discreción. La Réserve Paris se preocupa por la confidencialidad. También se organizan eventos privados.
El Meurice es uno de los mejores establecimientos de París. Su decoración contemporánea y típicamente parisina es obra de Philippe Starck y su hija. Se trata de un lugar exclusivo: el restaurante principal del hotel, Le Meurice, está dirigido por el chef Yannick Alléno, que ha recibido 3 estrellas. No hace falta decir que es uno de los puntos culminantes de la estancia en este hotel. Su ubicación es ideal, justo delante del Jardín de las Tullerías. Las habitaciones están decoradas con gusto y el servicio es impecable.
Como anuncia el propio eslogan, este hotel es "Votre adresse à Paris" (Tu establecimiento en París): de hecho, no existen demasiados lugares como este en la capital. La diferencia entre una estancia agradable y una memorable reside en los detalles y, sin lugar a dudas, recordarás con emoción tu paso por el Vendôme. Nada más entrar, te recibirán unos porteros tan sonrientes que te sentirás como si fueses el cliente más importante del hotel. Tanto si vas por negocios como por turismo, este hotel boutique satisfará todas tus necesidades con estilo y elegancia.