El hotel cuenta con 2 restaurantes, uno reservado para el desayuno, abierto a una terraza y un pequeño jardín, y el otro, "Harmonies Mets et Vins", situado en el primer piso. Ambos están bien decorados, con mezclas de tonos cálidos y modernos, materiales depurados muy actuales y líneas que acentúan las perspectivas de estas amplias y espléndidas salas. Mucha luz, una atmósfera elegante y acogedora a la vez, mezcla de calidez y distinción. Se trata de restaurantes muy originales. En ellos podrás degustar un menú de 3, 6 ó 9 tapas variadas, algo poco habitual en los restaurantes de hotel. Asimismo, la carta del restaurante va cambiando periódicamente. Otro rasgo especialmente distintivo es que este Mercure ha instalado una espléndida bodega, un espacio de degustación que hará las delicias de los amantes de los grandes vinos y, sobre todo, de los vinos de pequeñas bodegas. En este pequeño espacio, separado del bar, reina un ambiente íntimo y recogido alrededor del sumiller. Bonita barra, amplia selección de botellas, ambiente uniforme, metálico y profesional, un lugar en el que degustar una excelente selección de vinos que han confeccionado enólogos dichosos de compartir sus conocimientos y su amor por el vino. El director del hotel organiza dos veces al año una feria del vino en la que intenta dar a conocer a los pequeños viticultores.